Ig: @vero.nez.x
I'm a motherfucking monster
Who's searching for redemption.Måneskin - I wanna be your slave.
P.O.V Gavin.
Antes de su muerte.
Esta noche iríamos en busca del tal Mikail, la idea era averiguar lo que ocultaba y de donde pudo haber sacado la supuesta arma que usó el tipo para disparar a Anelís.
Acabamos de finiquitar los detalles y todo indica que irá bien, aún así no me permito relajarme.
-Gavin- Giré hacia la dueña de esa voz-, ¿puedo hablar contigo?
Di un leve asentimiento antes de seguirla por los pasillos hasta su habitación.
Al entrar me quedé observando fijamente su cama y vinieron a mí los recuerdos de la primera noche en ella.
Sonreí.
-¿Recordando?- Susurró en mi oído a la vez que ponía una mano en mi hombro. La vi sobre mi hombro, no en un acto soberbio ni mucho menos, simplemente la miré.
-¿Me trajiste para conseguir sexo, Anelís?- Ella rió.
-Quiero hablar contigo- Caminó hasta el diván junto a la cama y palmeó a su lado para indicarme que me sentara; eso hice.
La observaba mientras su vista se encontraba fija en el suelo, no entendía cual era la carga que llevaba como para no poder mirarme a los ojos.
Allí me di cuenta.
Anelís había cambiado desde que llegó. Ella cruzó las puertas del instituto por primera vez luciendo como una piedra preciosa pero vacía, sus ojos lo demostraban. Ahora seguía siendo preciosa, pero sus ojos albergaban casi al borde el dolor que tanto se había esforzado en esconder.
Ese dolor que ahora se estaba encargando de quebrarla.
Tomé la iniciativa y me recosté en el respaldo del diván ante su atenta y confusa mirada. Al acomodarme estiré mis brazos hacia ella haciéndola fruncir el ceño, sin embargo, no los bajé.
-Ve aquí, Malý d'ábel- Eso la hizo sonreír levemente. Se acercó y subió sobre mí, poniendo sus piernas a cada lado de mis caderas para luego recostar su cabeza en mi pecho.
A pesar de la posición y mi deseo hacia ella, las intensiones estaban muy lejos de ser otras que consolarla, brindarle calor y hacerla saber que estaré allí. Siempre.
Acaricié su cabeza y dejé un beso en la coronilla.
-Eres un imbécil- Susurró. No me inmuté.
-¿Por qué?- Posicionó su barbilla en mi pecho, viéndome a los ojos mientras me hablaba.
-La vez que te negaste a acostarte conmigo, no pude odiarte más- Seguí con mis caricias en su cabeza-. Pero tampoco pude estar más agradecía con alguien por haberme rechazado, y no porque no te deseara, sino porque realmente no estaba lista y no quería verlo. Aún no entiendo porque tú me cuidaste.
Sonreí.
-Al menos dime "gracias" para que te ablandes como Dios manda, o así dicen- Ella lanzó un golpe a mi hombro y volvió a recostarse en mi pecho mientras yo reía levemente.
No sé cuánto estuvimos en esa posición, solo sé que sin saberlo, tenía a la chica por la que sentía atracción dormida en mi pecho. Esa era una sensación que, después de mucho tiempo de confusión, entendí que era lo que necesitaba sentir en ese momento.
Y era perfecto.
Por primera vez sentía paz, aquella que intenté buscar entre tanto sexo y sadismo. No diría que renunciaría a mis costumbres o mis actividades habituales por ella, porque me gustaban.
Pero era parecido a cuando alguien necesitaba un trasplante de corazón, el suyo estuvo bien en su momento, o al menos intentó estarlo, pero ya era hora de conseguir alguno que si pudiera ayudarte a vivir y no a sobrevivir.
Yo no creía en ese amor que te salva, no iba a comenzar a hacerlo ahora. Pero sentía que si podía aferrarme a esto.
Ahora la idea de una relación como la de mis padres no sonaba tan descabellada.
*****
Por este capítulo extra donde vemos un poco más de uno de mis bebés, quise subirles la imagen de Kian, el atacante de Gavin, a quien pueden conocer más en mi otra historia Soy Estocolmo. En ella habrán algunos capítulos que se escribirán en sintonía con algunos de Los secretos de Anelís y otros que se escribirán al terminarla, así que les recomiendo pasarse.Besos, mis sanguinarios🕯️💖
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Los secretos de Anelís. +18✔️ || Bilogía Secretos I [TERMINADA]
Misterio / SuspensoCONTENIDO SENSIBLE. Una chica. Seis chicos. Mamá siempre dijo que los monstruos existían, que a lo largo de mi vida encontraría a varios. Eso fue antes. Antes de matarla. Su último aliento fue soltado junto con las palabras: "Cada día, tarde...