Capítulo 49: Exclusiva

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CATA

-¿Qué cojones has hecho?- me preguntó Jake cuando llegué a la enfermería a recogerlo.

Podía entender su pregunta. La mejilla me ardía y seguramente debería de tener algún rasguño o cardenal en ella.

Jake estaba en la puerta de la enfermería, de pie, con dos muletas. Se acercó a mí caminando por su propio pie, eso me tranquilizó, al menos lo del tobillo no era muy grave.

-No preguntes...- le dije con muy mal humor.

-Pero...

-No hables ¿sí? Te acompaño hasta el coche, te llevo a casa y ya está.

Tenía la bolsa de deporte de Jake en un hombro. A un lado lo tenía a él cojeando con las muletas. Jake asintió y no dijo nada más sobre mi estado. No pensé que fuese mucho peor que un rasguño en la mejilla, pero al pasar por una vitrina de trofeos y verme reflejada en el cristal... Madre mía. Tenía una raja en la piel de la mejilla derecha que la atravesaba por completo, un pequeño corte en el labio, un arañazo en el cuello y parecía que me había electrocutado, porque los pelos estaban tiesos. Literalmente.

Me aplaqué un poco los pelos mientras llegamos al BMW de Jake.

-¿Al menos me vas a decir si te encuentras bien?- dijo cuando le di al botón que hizo abrir el vehículo.

Su cara al verme aparecer por el pasillo fue de diversión. Lo maldije todo lo que pude y más. Ahora parecía realmente preocupado. Aunque sigo enfadada con él por haberme hecho esto.

Bueno, él no tuvo la culpa. Pero por este estúpido es por el que me he tenido que pelear. Claramente no con el gorila de la puerta, pero casi.

-Estoy bien.- Contesté lo más borde posible.

-¿Te duele?- señaló con la cabeza el corte de mi mejilla.

-No- mentí, la verdad es que me escocía bastante.

Ayudé a Jake a sentarse en el lugar del copiloto, dejé la bolsa de deporte en los asientos traseros, y me coloqué en el asiento del conductor.

-¿No te habrás peleado con Richard?- dijo cuando cerré la puerta-. Eres muy capaz...

-¿Richard?- lo interrumpí.

-El chico de seguridad.

-¿El chico?- carcajeé irónica-. Eso no es un chico, ¡es un puto gorila!

Jake sonrió, pero no paraba de mirarme la mejilla magullada.

-Es un buen tipo. Si se hubiera peleado contigo hubiera perdido, por eso te he preguntado.

Lo miré perpleja. ¿Me está preguntando si he hecho daño a aquel tío? No me jodas.

-No me he peleado con él- dije.

-¿Entonces?

-Te he dicho que no preguntes.

Jake volvió a asentir. Ambos nos pusimos el cinturón de seguridad y arranqué el coche.

-¿Estás segura de conducir este coche?- dijo Jake nada más escuchar rugir el motor de su coche.

-¿Cómo?

Estaba tratando de respirar profundo y de tranquilizarme. Tenía que escucharlo antes de que mi cabeza empezara a imaginar cosas horribles.

-Sí, no creo que hayas conducido uno así antes.

Esto es increíble.

 -¿Me estás diciendo... tú a mí... que por ser mujer no he conducido un coche así antes?- me volví en el asiento y lo miré aún más enfadada de lo que ya estaba con él.- ¿Le preguntarías a alguno de los chicos eso?

Querida adolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora