Capítulo 12: La noche del baile

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CATA

Llegué a casa hace media hora y ya había colgado mi vestido en la percha de mi habitación, también había cogido mis zapatos de tacón, todos los complementos y el maquillaje. Estaba todo organizado, tanto en mi casa como en el baile. Me emociona mucho que todo vaya según lo previsto. Nada puede salir mal esta noche. El chico que recoge las entradas llegará media hora antes para organizarlo todo, los chicos y chicas de la música y las luces llegarán una hora antes para hacer un ensayo, el catering llega también una hora antes... Todo está organizado al milímetro, y lo mejor de todo es que el director y todos los profesores están encantados con que yo me encargue de ello, además de que esto supone puntos extras. Estoy muy entusiasmada.

Me he saltado las últimas horas porque tenía algunos asuntos en casa que atender. A parte de eso, no encuentro a Danna, y ella es la que tiene la lista de las entradas vendidas. Y no solo es por eso por lo que la busco, quedamos en prepararlo todo en mi casa, pero ni ha ido hoy al instituto y ni me coge las llamadas. Ya me empezaba a preocupar con eso, ella no falta nunca y siempre está disponible para todo. Como seguía sin coger el teléfono y ni en su casa atendían decidí coger el coche de mi padre para ir a ver si estaba bien. Puede que esté enferma y no quiera preocuparnos pero ya me estaba poniendo de los nervios.

-¡Papá! Danna no me coge el teléfono- digo bajando las escaleras y entrando en el despacho de mi padre-. Voy a coger las llaves de tu coche y me acerco un momento a su casa-. Rebusco en el cajón de la mesa del escritorio pero no están-. Papá ¿sabes donde están las llaves?- entro a la sala y empiezo a mirar en los cajones del mueble.

-Están aquí cariño- me dice desde la cocina.

Levanto mi mirada y me encuentro a mi padre con una taza de café en las manos y a Jake frente a él con una sonrisa de oreja a oreja. Ordeno el desastre que había provocado buscando las llaves y me dirijo hacia ellos. ¿Qué mierda hace él aquí? Jake me mira con ojos juguetones y sigue hablando con mi padre.

-Entonces, señor Damons, quedamos en eso- dice estirando su mano para estrecharla con mi padre-. A mi padre le encantará que haya aceptado.

-Claro que sí hijo- sonríe mi padre-. No había nada que preguntar, nunca rechazaría una proposición como esa-. Deja la taza de café encima de la mesa-. Aun menos si viene de tu padre. Dale saludos de mi parte- dice mientras se dirige ahora a mi-. Aquí tienes las llaves, ten mucho cuidado cariño. Me voy, tengo trabajo. No lleguéis tarde a las últimas clases- grita mientras sale de casa.

-¿Qué mierda...?- empiezo a hablar pero Jake comienza a reírse-. ¿De qué te ríes idiota?

Él se encoge de hombros mientras se acerca a mi.

-¿Tu padre y mi padre se conocen?-pregunto y él asiente aun acercándose-. ¿De qué estaban hablando?- él se encoge de hombros mientras me acorralaba entre la isla de la cocina y su cuerpo-. ¿Qué mierda haces idiota?- lo aparto de un empujón y Jake ríe más.

-Eres muy borde, ¿lo sabes?- dice él mientras se vuelve a acercar a mi.

-Y tú un mentiroso. ¿No decías que no te gustaba?¿Por qué te acercas tanto entonces?- pregunto a centímetros de su boca.

-Porque me pone que las tías se pongan nerviosas...- posa sus manos en mis caderas y me acerca aun más si es posible.

Lo empujo hasta la puerta de casa enumerando insultos en una lista que parece interminable. ¿Cómo pueden existir idiotas sin cerebros como este cenutrio de aquí?

-Cata para -dice Jake divertido-. Está bien, me voy- se encoge de hombros inclinándose hasta que llega a mi altura-. Pero antes, ¿qué llevarás puesto esta noche?

Querida adolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora