Capítulo 29: ...bebé

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El lugar al que nos trajo Jake era el lugar más pijo donde había estado en mi vida, y he de decir que las reuniones de empresa a las que tenía que asistir con mis padre no eran precisamente en una cafetería, sino en los restaurantes más caros y aclamados de la ciudad, de esos que tienes que pedir cita casi con años de antelación. Pues bien, el pub se parecía a una de esas reuniones, pero en versión junior. Se podría decir que aquí estaban todos los niños ricos de la ciudad. No entendía ni como pudimos entrar, pero al parecer el ser la novia falsa y los mejores amigos de Matt Williams te abren las puertas de cualquier sitio. Así es, Jake me presento ante los guadias de seguridad como la novia obsesivamente malcriada de Matt, quien no dudaría en hacer un numerito si no nos dejaban entrar, y a los demás como los mejores amigos, cosa que si era verdad. En realidad no me sorprendió, sabía que Matt prácticamente se podía bañar en oro si le daba la gana, aunque no era de esos chicos prepotentes que vacila de tener dinero. Es parte de su encanto.

Al principio todos aquellos pijos cursis nos miraban con caras raras, pero en cuento se corrió la voz de que éramos amigos de Matt, la cosa cambió mucho. De repente todos se prestaban muy amables y simpáticos. Nos habíamos convertido en las personas más sociables del mundo. Es increíble lo que puede llegar a hacer el dinero, lastima para estos ineptos de que no sepan que no nos importa en nada el dinero a mis amigos y a mí.

Cata no tardó en hacer amigos nuevos y en desaparecer por el local. A Jake, al perecer no le importó mucho ya que estaba radiante de felicidad esa noche, incluso nos consiguió un reservado.

-¿Qué es eso?- preguntó Nick sentándose a mi lado.

-¿Esto?- dije señalando mi cara, más bien todo el maquillaje que Cata había derramado en mí-. Es Cata.

Nick asintió dándose cuenta de todo.

-Estás guapa de todas formas...- dijo casi de forma inconsciente. Por unos segundos nos quedamos en silencio, hasta que volvió a abrir la boca-. Así que una cita doble con Cata ¿no?

Me extendió un refresco de limón. Me detuve unos segundos a pensar si aceptarlo o no. Aun no había pedido nada de beber. Estaba indecisa entre agua o agua. Ya había tomado una copa de vino en la cena y tenía claro que no iba a beber más. Pero bueno un refresco de limón no tiene alcohol, y al menos tiene más sabor que el agua. Además era Nick, el mismo que me llevó al hospital nada más verme desecha en mi baño.

-Pequeña puedes estar tranquila. Lo he pedido en la barra pero no la he abierto hasta que he entrado al reservado- dijo dejando la botella de cristal en mis manos-. Puedes confiar en mí.

Asentí y bebí de ella. El jugo ácido del limón me alegro la noche. Sé que una se puede divertir sin beber, pero no divertirse, aguantar el sermón de Nick y después aguantar a Cata borracha. Sería una noche larga.

-Así que tú puedes ligar con otros mientras estás con mi amigo, ¿pero yo no tengo esa posibilidad?- pregunto Nick pasando un brazo por el respaldar del sillón acolchado.

Me encontraba sentada en uno de los tres sofás que había en el reservado. Danna estaba en uno hablando con Jake y otra chica que nos presentó este último, y Mike estaba hablando por teléfono en el otro.

Me avergoncé ante la situación tan ridícula en la que me encontraba. Es verdad eso que dicen que la vida da muchas vueltas, hace apenas unos mese le estaba echando en cara a Nick lo que había hecho, y es justo lo que yo estoy haciendo en este momento ante sus ojos. Claramente no le he dicho nada del pacto con Matt.

¿Cómo se supone que tengo que responder a eso? ¿Qué le digo que sea creíble? Dios, me estoy convirtiendo en una mentirosa profesional.

Nick comenzó a reír a carcajadas. Sentía su brazo temblar en mi espalda. Y veía la nuez de su cuello cuando echaba la cabeza hacia atrás de la risa. Me dieron ganas de lamerla y besarla, del mismo modo que había echo tantas veces antes.

Querida adolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora