ALLIE
-Entonces... ¿No te importa?- volví a preguntarle cómo por cuarta vez a Scott.
Él, como las veces anteriores, puso los ojos en blanco, y dejando ver su sonrisa más sincera, me dijo:
-No, princesa. Sabes que nunca me ha importado que te tirases...
-¡Scott!- regañé, provocándole una carcajada.
-Es una broma.
Mi amigo suspiró. No se le veía realmente afectado si he de ser sincera. Al menos no como la primera vez que le conté quién era Nick. Tal vez, el hecho de que ahora parece que se llevan bien, ha ayudado a que lo comprendiera. La verdad es que ha sido peor los minutos antes de contarle que he estado con Nick, a su reacción.
Aun así, hay algo que no está bien. No es normal que cambie de opinión sobre el chico al que odiaba de un día para otro. Conozco a Scott, y él no haría eso.
-¿Estás seguro?- achine los ojos para ver si así conseguía entenderlo mejor.
-Allie, por Dios- me cogió de los hombros-hombros. Te he dicho que sí. No me molesta en absoluto.
Miró por un segundo a los demás, que estaban muy por delante nuestra.
-Te conozco, confío en tí. Sé que eres una cabra loca, pero sé que tienes los pies en la tierra.
-Pero...
-Ya no eres una niña, sabes lo que haces. Y yo no soy nadie para decirte lo que tienes o no que hacer.
-Sí, pero...
-Princesa, ¿quieres que te regañe?- preguntó confundido.
Suspiré, no se trataba de eso. El problema es que no estaba acostumbrada a aquella situación.
-No, para nada. Es que... No entiendo qué es lo que ha pasado para que pases del: "odio a Nick" al "Nick es un gran tipo"- dije imitando su voz-. Es que no me cabe en la cabeza. No lo entiendo. Es que... ¡No lo entiendo! ¿Vale? Odiabas a Nick. Con todas tus fuerzas. Y que ahora seáis tan amigos... Es raro. Muy raro. No digo que no esté bien. Pero... No sé. ¿Qué es lo que ha ocurrido?
-Cosas que pasan- se encogió de hombros.
-¿Cosas que pasan?- pregunté incrédula-. No. Cosas que pasan es que en las patatas finas del McDonalds caiga por error una patata gruesa. O que te inviten a una fiesta y tu invitación se pierda por correo. ¡O que se te cague un maldito pájaro encima! No que dejes de odiar a tu mayor enemigo de la noche a la mañana.
-Respira- me decía Scott mientras nos acercábamos más a Charlie's.
-¿¡Cómo que respire!? ¿Qué mierda te pasa?
El hecho de que mi mejor amigo no parara de reír me ponía aún más nerviosa. Me estaban entrando ganas de estampar a Scott contra un árbol.
-Solo he decidido llevarme mejor con él por tí. Nada más ¿vale? ¿Te quedas más tranquila?
Asentí. Aunque yo sabía que no era así.
Es curioso, cuando se peleaban trataba de que se llevasen bien. Ahora que hay buen rollo entre ellos estoy más histérica que antes. ¿Por qué soy así? No lo entiendo.
Scott me besó la frente y dando grandes zancadas me adelantó, entrando él primero en Charlie 's.
-Peque.
Me volví para encontrarme a un muy sonriente Nick que venía en mi dirección. Lo comprendía. Después de esta tarde, era incapaz de quitar la sonrisa de mi boca. Me daba igual que Cata me hubiera dejado tirada, me daba igual que lo que ha pasado entre nosotros no estuviese bien, me daba igual todo. Era feliz. Después de un tiempo era capaz de volver a poder sonreír sin ningún motivo aparente. Y esa sensación era la mejor del mundo. Al parecer, Nick se sentía igual que yo. Porque aunque hubieran perdido el partido, y hubiera jugado como el culo, él seguía sonriendo. Parece ser que una de las mejores consecuencias del sexo es que después la vida te de más igual. Parece ser que el sexo va a ser lo mejor de este mundo. Y ya si es con él...
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Querida adolescencia
JugendliteraturAllison Johnson, Madison Carter, Danna Garcia, Cataleya Damons y Ariadna Gonzales. Estas chicas, entre ella, no tienen mucho en común, pero son amigas por un motivo en concreto. No hace falta compartir los mismo gustos o aficionas para tener una re...