Capítulo 36: Milán

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ALLIE

Maddie nos había convencido a Danna y a mí para ir de compras. Cata y Ari parecían muy ocupadas, la verdad es que se negaron en rotundo antes de que Maddie pudiese abrir la boca. Fue raro, pero conociéndolas se traen algo entre manos. El caso es que Maddie llevaba unos días muy rara y cuando nos pide desesperadamente que vayamos de compras, es porque realmente le pasa algo. Parece que eso es común porque estas últimas semanas Scott ha estado igual. Cada vez que le da la crisis desde que sus padres tuvieron el accidente hace lo mismo. Chicas, deporte, más deporte, algo esquivo con los demás, y más chicas. Nunca he comprendido su modus operandi pero tampoco es que tenga una explicación. Las chicas y el deporte ya son normales de por sí en su vida, pero no tan en exceso. Da igual, cuando esté preparado al igual que Maddie lo dirá.

Mientras que Danna y Maddie se probaban ropa, yo aproveché para leer el famoso artículo del que todo el mundo estaba hablando. Llevaba desde el lunes intentando conseguir el periódico, pero cada vez que iba a recogerlo, Ari me decía que se había agotado, o Mike y Scott habían utilizado las páginas para jugar a tirarse bolas de papel, o Cata despotricaba contra el famoso artículo. Me dí por vencida hasta que esta tarde al llegar a casa, Jack lo sacó de su mochila. La verdad es que sabía que todo lo que publicaba Ari era fantástico y por eso lo leía. Recuerdo una vez que realizó una recogida de pequeños escritos, ya fueran pequeños relatos o poemas, entre otros. Hizo que todo el instituto participase, cosa que triunfó tanto entre los alumnos como en el profesorado. Recogió cosas realmente curiosas. No voy a mentir, había desde poemas eróticos hasta relatos infantiles. ¿Cuáles eran mejores? No sabría responder a eso. Hubo uno que me llamó la atención, tanto que decidí plastificarlo y utilizarlo como marcapáginas. Aún recuerdo cómo era:

Te encontré sin andar buscando,

en un momento complicado.

Sin saberlo me ayudaste,

sumergiéndome en tu mar blanco.

La tinta negra que te recorre,

me envuelve como terciopelo santo.

Mientras más me introducía

más me iba enamorando.

Luego encontré la pluma,

dando con un nuevo milagro.

Podía expresar lo que me consumía

con palabras en lugar de llanto.

Una nueva experiencia,

que me terminó encantando.

Estuve semanas detrás de Ari para que me dijera quién había escrito aquello, pero me dijo que no podía hacer nada, sea quien fuese no firmó el poema y Ari lo publicó cómo anónimo. De todas formas dio que hablar esas semanas. Ahora todo el mundo estaba loco con un artículo que había publicado Ari y no me lo podía perder.

Las primeras páginas siempre eran lo mismo, delegado del mes de cada clase, los alumnos más sobresalientes, y en especial quien se iba a presentar a presidente del consejo estudiantil. Luego venían los looks de la semana, tanto de chicas como de chicos, claramente Maddie era colaboradora. Luego un par de entrevistas y noticias de relleno ya fuesen del instituto, la ciudad o el país, quizás algunos artículos de años anteriores, y por último las cinco páginas finales de cotilleos. Realmente comenzaron siendo dos, pero con los días han ido aumentando. Es más, Ari nos afirmó que había tenido que guardar exclusivas porque ya el periódico estaba cerrado, de hecho tiene pensado quitar espacio de las noticias para dárselo a esta sección. Desde luego era lo que todo el instituto quería, y de nuevo, incluyendo a los profesores.

Querida adolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora