Capítulo 37: En los baños

33 1 0
                                    

Desde que Nick me dejó en casa ayer por la noche, no he podido apartarme de la cabeza lo que pasó en la habitación. Desde su vuelta todo era extrañamente normal pero terriblemente incómodo. Seguía existiendo esa terrible tensión sexual entre ambos. Supongo que es normal después de haber compartido tanto con una persona ¿no? Además, ayer me enteré de que realmente Nick era mi exnovio. No podía apartar todo eso de mi cabeza como cualquier cosa. Está todo demasiado reciente.

Mi corazón seguía saltándose latidos cada vez que lo veía, y mi cuerpo comenzaba a temblar en el momento en el que sus ojos conectaban con los míos. Al entrar hoy al comedor sentí de nuevo esa punzada en mi pecho. Nick estaba sentado en nuestra mesa, justo enfrente de mi asiento de siempre. Estaba riendo de algo que Jake había dicho, e incluso chocó los puños con Scott. Aquello me produjo una sensación de alivio en el pecho increíble. Jamás me hubiera imaginado a Scott de esa forma con Nick. Cuando le confesé lo que pasó, vi en sus ojos la mayor mirada de odio que jamás he visto. Es más, no podía creer eso de Scott. Sé que él se incluía porque es mi mejor amigo, de hecho es el mejor que pudo tener. Pero no quería que mi experiencia con Nick condicionara la suya. Nick no fue una buena pareja, pero estoy más que segura que no es un mal amigo. De hecho sé que cuando Jack ha tenido algún problema, no ha dudado en ir a pedir ayuda a Nick. O cualquiera de los demás, incluso yo. Pero me alegro de que ambos se puedan llevar bien. Es raro, pero al menos me he quitado esa incomodidad de encima. Espero que esto me ayude a superarlo.

Nick era el mismo que yo conocí hace exactamente un año. Siempre llevaba unos vaqueros slim, combinados con una sudadera de los Lakers, o con un jersey de punto. Siempre llevaba las converse negras sucias y casi sin atar. No solía cortarse mucho el pelo, pero tampoco lo llevaba largo. Tenía el corte perfecto para que pudiera sentirlo entre mis dedos. En invierno siempre traía la punta de la nariz roja y los ojos algo llorosos, porque era demasiado vago como para ponerse las gafas para coger la moto. Ahora se reía con los chicos como cada día del año pasado en el almuerzo. Los ojos le brillaban de felicidad y le aparecía un hoyuelo en la mejilla derecha. No sé cuántas veces lamí ese hoyuelo, pero ahora sé que no fueron las suficientes. El año pasado cada vez que llegaba a nuestra mesa me sentaba a su lado, él me sonreía y me daba un pequeño apretón en la rodilla por debajo de la mesa. Este año solo nos mirábamos de forma incómoda. A veces ni eso, estamos peleados o intento darle celos (cosa estúpida por mi parte) con Scott, o él comienza a hablar con alguna animadora que se acerca. Sé que no podemos estar como antes, pero me resulta triste haber perdido esa confianza. Ahora nuestro contacto se reducía a miradas furtivas mientras los demás estaban charlando de cualquier cosa, y con respecto al físico, bueno, a no ser que al cruzar las piernas rozara su pie, no había otro contacto entre nosotros.

-¿Estáis haciendo un pulso con las miradas o es parte de vuestro "a ver quién ha superado mejor la ruptura"?- me interrumpió Maddie susurrándome en el oído.

-¿Nuestro qué? No tenemos nada de eso. Es más, no tenemos nada de nada- dije quitándole importancia al hecho de que ayer me moría por quitarle aquel jersey negro y chupar... Si le quito importancia es porque no la tiene así que es mejor que no siga con eso.

-Ya claro y Adam Levine no es sexy. Cariño, entre Nick y tú siempre habrá algo. Mejor dicho, siempre habrá eso- me contestó Maddie muy convencida.

No podía creer que la obsesión de esta chica por Maroon 5.

Esta mañana estaba mucho mejor de ánimo que ayer cuando estuvimos hablando. Me alegra verla feliz, dé el paso que dé, sé que todo le irá bien.

-¿Y qué se supone que es "eso"?- hice comillas con mis dedos en "eso".

-¡Pues "eso"!- exclamó como si fuera obvio-. Allie, siempre existirá la posibilidad de un polvo rápido en los servicios con Nick. Sois así, por mucho que se empeñéis en ocultar el sol con un dedo. Tarde o temprano os lo haréis de nuevo.

Querida adolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora