Gulf
Ugh. Duele.
Gulf despertó desorientado mientras intentaba registrar lo que había a su alrededor. Sin embargo, no observó nada fuera de lo común salvo por el gran alfa que se encontraba a su lado. Su alfa. Seguidamente, el chico intentó incorporarse pero un gruñido salió de su garganta ante el agudo dolor que provenía de la parte baja de su cuerpo.
Uh...
De repente, Gulf se encontró con su espalda pegada a la cama y los ojos de Mew fijados en los suyos.
—¿Qué pasó? ¿Qué duele?—La voz de su alfa sonaba algo ronca, pero para el omega fue evidente la preocupación que danzaba en el tono.
—N-no lo sé...—admitió el chico tras varios segundos.
Mew arqueó una ceja pero no emitió palabra alguna. Por el contrario, con ayuda de sus brazos, incorporó lentamente al omega en su cama, acomodando las grandes y afelpadas almohadas donde Gulf reclinó su cabeza posteriormente.
—Ordenaré que te traigan el desayuno a la habitación—dijo Mew levantándose con agilidad.
—No te muevas mientras no esté, cariño.
Y salió.
Fue allí cuando Gulf soltó un largo y profundo suspiro. Ráfagas de recuerdos de la noche anterior corrieron por su mente a una velocidad inimaginable, ocasionando que el chico gruñera.
Gulf podía sentir su cuerpo calentarse nuevamente pero, esta vez, de la vergüenza. No pudo evitar encoger los dedos de sus pies ante el pensamiento de que Mew lo había tocado donde nadie jamás lo había hecho antes. Donde ni él mismo lo había logrado hacer, pese a la curiosidad.
Decir que estaba feliz era poco. Su omega se sentía parcialmente complacido ante la manera en que su alfa lo había hecho sentir de su propiedad, además de que él mismo podía sentir cómo su cuerpo ansiaba seguir experimentando con Mew.
Mí Mew...
Sin embargo, la timidez y aparente felicidad del chico duró poco.
El príncipe me vio desnudo, él me tocó y...me liberó. Y yo no hice nada por él, pensó el chico seguidamente. Lo que hice fue desmayarme.
—Dioooossa Luna—dijo Gulf, pasando ambas manos por su rostro. —¿Por qué no puedo ser un omega normal? ¡Agh! Debería haberlo complacido yo también.
Pero Gulf no obtuvo respuesta alguna ante su pregunta. Antes bien, dos betas ingresaron al cuarto sin recibir autorización de su parte e instalaron con prontitud los alimentos en la pequeña mesa de la habitación. Detrás de ellas se encontraba Mew quien lo observaba fijamente.
—Que disfrute el desayuno, Su Alteza—dijo una de las chicas reverenciando a Mew. En ese instante, un gruñido salió con fuerza de la garganta de Gulf.
La beta, quien antes observaba solamente al príncipe, se giró con rapidez quedando de frente a Gulf. Una reverencia más tarde, musitó:
—...Y usted también, Su Excelencia.
Gulf no pasó por alto la expresión divertida de Mew quien, con un asentimiento de cabeza, instó a las betas para salir de la habitación. Una vez solos, el príncipe caminó sigiloso en dirección a la cama mientras el omega se sentía cada vez más pequeño bajo su mirada.
—Entonces cariño, ¿quieres acabar con toda la servidumbre?—preguntó Mew mientras se dejaba caer a un lado de Mew.
Gulf resopló girando su cuerpo, de tal manera que su espalda daba con el pecho del alfa. El chico pensó que sería una buena estrategia pero, en cambio, el príncipe lo tomó desprevenido abrazando su pequeño y suave torso y pegando el chico a la dureza de su tórax.
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The Omega's Power: A MewGulf AU [TERMINADA]
FanfictionEl Rey Alfa de Tailandia había anunciado que todas las omegas casaderas, vírgenes y sin mordida debían presentarse cual ganado al Palacio Real para el Baile Anual de los Nobles en Bangkok. ¿La razón? Podrían convertirse en la próxima princesa del re...