Capítulo 11

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Gulf

El Palacio se hacía más pequeño conforme avanzaban. El elegante automóvil, cubierto en oro y demás piedras preciosas, era lo suficientemente amplio para que dos personas pudieran descansar en su interior, mientras fuera de este la servidumbre se encargaba de llevar al príncipe y a su –oficialmente– prometido a la villa de Chiang Mai.

Prometido.

Habían pasado dos semanas desde que el Rey les había notificado que el compromiso estaba aprobado oficialmente y, por ende, Gulf debía pasar de ser “Noble” a “Prometido Real”. Aún cuando la noticia era recién, y no tenía una piedra preciosa adornando su dedo anular, el omega sentía el peso de la palabra en su interior.

Ya no era el simple omega cuya familia sobreprotegía, o el mismo que su propio padre despreciaba. Ahora era el futuro esposo del príncipe, quien a su vez se convertiría en Rey pronto. Santa Diosa Luna…

—¿Qué seré yo cuando nos casemos?—dijo Gulf de repente, pensando en voz alta.

Mew, quien iba frente suyo, ladeó la cabeza: —¿Te refieres a tu título Real?

Tímidamente, Gulf encogió sus hombros pero asintió. Mew acercó su mano para tomarla entre las suyas.

—Bueno, como es algo atípico y sería la primera vez que sucede algo similar en nuestro reino, podemos jugar un poco e idear tu propio título.

Gulf asintió.

—¿Tienes alguna idea en mente?

—No—admitió el omega—¿No puedo seguir siendo simplemente Gulf?

Una suave risa brotó de Mew. Me gusta cuando ríe, pensó el joven.

—Me encantaría que pudiéramos dejar a un lado las formalidades—aseguró el príncipe.

En su interior, Gulf estuvo de acuerdo con el comentario del alfa. Hasta el momento, todo lo que concernía al Palacio le parecía tan burocrático que no entendía cómo alguien del espíritu investigador y libre que aparentaba ser Mew podía aceptar con tanto placer seguir tantas formalidades. Al menos yo lo hago por él.

—Pero me temo que, con mi padre al mano y su séquito de Nobles, es casi imposible.

Gulf asintió. A pesar de no entender muchas cosas, el omega sabía que tanto para él como para su prometido lo mejor era seguir la corriente. Pretender cambiar algo más, teniendo en cuenta su posición, sería tentar a la suerte más de lo que ya lo ha hecho. La Diosa Luna me acompañó esa vez...

—Aunque también podemos seguir el ejemplo del Reino de Corea-dijo el chico interrumpiendo los pensamientos del omega. —Podremos llamarte Rey Consorte.

—¿Eh?—¿Qué dice…?

—Bueno, hace dos años el heredero Yin contrajo matrimonio con un omega masculino. Fue una hermosa boda por la que luchó durante más de dos años, pero al final su familia no tuvo otra opción que aceptar su unión.

Los ojos de Gulf se abrieron como platos.

—¡¿Conoces a otro omega como yo?!—exclamó el chico. Mew tragó en seco mientras se aflojaba la corbata que combinaba con el elegante traje que portaba.

El alfa asintió.

—¡Mew!—exclamó nuevamente Gulf quien ahora señalaba al alfa—¡Eres tan injusto! ¡¿Por qué me ocultas tal información?! ¡¿Por qué no me dijiste eso cuando hablábamos en el despacho?!

El príncipe volvió a tomar las manos del omega cuyos colores se habían subido a su rostro. Dentro suyo, Gulf podía sentir cómo su corazón latía alocadamente y no sabía si era por la noticia de que allí afuera había otro como él o por el reiterativo toque de su alfa.

The Omega's Power: A MewGulf AU [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora