Capítulo 10

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Gulf

¡No soy un mito! Eso fue lo primero que pensó Gulf cuando Mew le confesó que habían más omegas hombre -como él- en el mundo.

—¡¿Cómo...?! ¡¿Por qué esperaste tanto tiempo para decirme esto?! ¿Sabes lo importante que es para mí?—dijo el chico cuya voz se había elevado a causa de la impresión.

—Pensé que lo sabías—admitió el príncipe rascando suavemente su nuca. Luego frunció el ceño y dijo: —Aunque pensándolo bien, si mis padres y los Nobles lo supieran sería de público conocimiento y la gente...

Gulf suspiró: —No me miraría extraño, ¿no es así?

Mew asintió. Tras varios segundos en silencio, tomó al chico de la mano y lo condujo hacia el despacho de su padre, volviendo a la pequeña habitación privada donde reposaba la historia del Reino. Mientras buscaba un libro en el estante, el príncipe demandó saber los pormenores de lo que su familia le había contado sobre él mismo:

—Desde pequeño estuve bajo el cuidado de Phi Grace, mi hermana—habló Gulf, quien estaba sentado en el sofá con una pierna cruzada detrás de la otra y sus manos puestas delicadamente sobre su regazo. —Siempre me protegió de...Phor.

Gulf notó cómo el cuerpo del príncipe se puso rígido y bajó la cabeza. Me da vergüenza.

—¿Tu padre...?—Mew dejó la pregunta en el aire.

Pasados varios segundos de total silencio, el chico tomó una bocanada de aire y la soltó. Luego, habló:

—Sí. —admitió. —P-pero eso no es importante ahora—dijo Gulf intentando desviar la conversación hacia la parte importante.

—Continúa—demandó el alfa quien reanudó la búsqueda del libro.

—E-ella siempre me dijo qu-que Mae me consideraba una bendición de la Diosa Luna. Que era algo raro para nuestra villa, pero que no era algo malo. Solo diferente al resto.

Mew asintió. Finalmente tomó un libro de la repisa y fue al encuentro con Gulf. Al mirarlo, el chico se extrañó de ver en el rostro del mayor una pizca de picardía. ¿Qué está...?

—¿Nadie te ha dicho que te sientas como la realeza?—preguntó Mew con un atisbo de diversión en su tono de voz.

—¿Eh?—Gulf ladeó la cabeza confundido y frunció el ceño, haciendo que el príncipe soltara una carcajada.

Los ojos del omega se abrieron como platos. ¿Qué...? En sus oídos se escuchaba la más escandalosa risa que jamás había oído en toda su vida, acompañada de sacudidas que violentamente ejercía el cuerpo de Mew a su lado. Luego, el chico fue tomado entre los fuertes brazos del alfa quien aún seguía riéndose y que ocasionaba que en la espalda de Gulf se sintieran vibraciones.

—L-lo siento, lo siento. No te quería molestar. Eres tan lindo cuando te confundes, tu ceño se frunce y tus labios sobresalen aún más. Me dan ganas de...

Y se detuvo abruptamente.

—¿De qué, Mew?—Pero, ¿qué está pasando?

Gulf se giró para encontrar el rostro de Mew cubierto por el más atractivo rojo que jamás había visto. Sus mejillas coloradas combinaban con sus labios que siempre tenían ese atractivo tono entre rosado oscuro y carmín. Muy digno de un alfa, pensó. Inconscientemente, Gulf apretó sus piernas para disimular el repentino calor que corrió por todo su cuerpo.

Mew se aclaró la garganta: —D-de abrazarte. S-si.

—Oh. Siempre puedes hacerlo—dijo el chico encogiéndose de hombros.

The Omega's Power: A MewGulf AU [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora