Capítulo 20

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N/A: 

Les pido una enorme disculpa. Esta semana mis ánimos han estado por el suelo, pero aquí les cumplo -un día después, pero vale jsjsj

Gracias por sus comentarios y lecturas. Espero que este capítulo les guste.

W.

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Mew

Nonthaburi seguía siendo tan bella como Mew lo recordaba. Sus calles adoquinadas, andenes llenos de flores y muchísima vida le daban cierto toque pintoresco al último lugar del Reino que visitó antes de su partida al extranjero. El príncipe soltó un suspiro cargado de nostalgia mientras veía cómo Gulf era rodeado por la guardia para evitar que los niños se le acercaran aún más.

Es tan bueno con los pequeños, pensó el alfa quien no pudo evitar dejar volar su imaginación alrededor de la posibilidad de que su omega albergara muchísimos cachorros pronto gracias a sus recientes encuentros.

Sin embargo, Mew sacudió la cabeza con algo de miedo. Aún debían casarse para que aquellos cachorros fueran legítimos tal y como estaba estipulado en las leyes de Tailandia, así que le rogaba a la Diosa Luna para que su semilla no tuviera tal efectividad. No ahora.

Además de regañarse por apenas pensar en algo tan importante, se hizo una anotación mental sobre conseguir protección: él no podía arriesgarse a que Los Nobles tomaran a Gulf y a su descendencia como "indignos" por sus malas decisiones.

—¡Mew! —exclamó una voz que lo sacó de sus pensamientos. Girándose, Mew encontró el emisor de tal sonido y posó sus ojos sobre él: un chico de contextura delgada y tez nívea, labios rojos cual carmín y cabello tan oscuro como el de Gulf.

—Hola, Mild—replicó el alfa.

El príncipe sabía que no había otra persona en todo el Reino que supiera las cosas con tal profundidad como Mild. Desde química hasta chamanería, pasando por historia de la tribu y de la nueva era, el chico era lo más cercano a un científico y genio para Tailandia, quien –pese a contar con todo el apoyo para realizar trabajos en el extranjero- se había dedicado al comercio informal.

Desde que Mew lo conoció supo que el azabache tenía alma de hippie y no había forma de hacerlo cambiar de opinión, pues un alma libre y sin ataduras como Mild no podía ser encarcelado en algún puesto burocrático como en alguna ocasión le fue sugerido.

"—Puaj—dijo el chico. —Antes muerto que convertirme en uno de tus lameculos".

Por eso desde entonces, incluso desde que lo conoció cuando apenas eran dos hormonales adolescentes que no conocían su subgénero, Mew ha tenido claro que Mild sería una especie de amigo ausente: no está en todo momento, salvo en los momentos indicados.

—Veo que sigues siendo igual de impuntual e informal que siempre.

El susodicho frunció el ceño: —Lo siendo, Su Alteza. Algunos debemos matarnos trabajando para poder comer.

—¿Insinúas que no trabajo lo suficiente?

—Pfff, no le haría semejante desplante a Su Alteza. Bien, bien, ¡basta de chácharas!. —Mild daba saltitos tratando de observar más allá de la figura del príncipe. —¡Quiero conocer a tu pareja! ¿Dónde está? Dicen que es algo exótica, no sé a lo que se refieran con eso.

Mew gruñó: —Mild, ¿podrías ocultar un poco tu emoción?

—¡Ay por favor, Suppasit! —dijo Mild—¡Soy un simple beta que no tendría oportunidad contra tu omega! Además, tú fuiste quien solicitó mi ayuda..., err, es cierto, ¿para qué la quieres?

The Omega's Power: A MewGulf AU [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora