Narrador
Win había tomado impulso cuando un grito alertó al gentío que estaba en la plazoleta.
—¡¡Alto!!
El bullicio empezó a ser ensordecedor mientras el general buscaba con la mirada a un Bright que parecía ofuscado.
—¡¡Paren todo!!—Insistía la voz que sonaba agitada. —¡No pueden hacer eso!
—¡Guardia!—Gritó el príncipe filipino.
Win estaba confundido. Bajando la mirada, posó su mirada en la de un perplejo Mew que parecía entender mucho menos de la situación
—¡Bright, no puedes hacer eso!—El grito se hacía más cercano. Fue allí cuando aquella voz se materializó con el cuerpo y rostro de una mujer. Una omega.
Detrás de ella venía Boom, cuyo rostro estaba cubierto por el sudor insoportable de un típico día en Bangkok combinado con una buena caminata. Sin embargo, el Beta se mantuvo a una distancia considerable.
—¡Delilah, fuera!—Le replicó el príncipe filipino con su voz de alfa. La chica se detuvo en seco bajando su cabeza y mostrando su cuello en señal de respeto. —¡No te atrevas a dar un paso más!
La gente alrededor no fue inmune ante el sonido de la voz del alfa. Aquellos pocos alfas que se encontraban allí, que lograban mantener sus cabezas en alto, murmuraban, mientras aquellos que se rehusaban a presenciar el espectáculo eran obligados por la guardia.
—Bright, lo prometiste—dijo Delilah igual de agitada que antes. —Me dijiste que podría tener a Mew para mí. Que matarías a Gulf cuando tuviera el cachorro y me dejarías vivir una larga vida y plena con ambos.
>>> ¡¿Por qué estás aniquilando a mi futuro alfa?!—bramó la omega quien parecía vencer el efecto de la voz de mando.
—¡¡Cállate!!—Gritó Bright. Win suspiró.
Aquella discusión no parecía tener fin. Desde que se reencontró con ambos, Win no entendía como Bright y Delilah no se habían arrancado la cabeza entre tantos puntos en los que no estaban de acuerdo. Sin embargo, de eso se trataba su arreglo: debía ser un ganar-ganar.
Y si bien el chico estaba de acuerdo con ejecutar al príncipe tailandés, entendía la ira de Delilah.
Por eso, a regañadientes, el alfa dejó la espada en el suelo para ir a socorrer a su amado. Cuando llegó se posó a su lado mientras observaba el rostro de la chica.
Delilah lloraba a cántaros. La chica tenía los ojos fijos en Mew quien seguía atado de sus manos por parte de los guardias, aún cuando el tailandés no le correspondía su mirada.
—Por favor, Bright. Apiádate de mi—dijo la omega más calmada. —No lo hagas por ellos, hazlo por mi. Somos amigos, ¿recuerdas?
—¿Amigos?—Bright encaró una ceja. —Yo jamás podría ser amiga de una omega estúpida. Estás en un rango inferior al mío, Delilah.
>>> Yo soy alfa, tú una omega. Yo soy fuerte, tú eres débil. Yo soy líder y tú solo una estúpida borrega. No te confundas.
Delilah quedó atónita ante la declaración del alfa. Si bien sabía que Bright no guardaba sentimientos hacia ella, pensaba en él como un compañero: Ambos habían decidido unir fuerzas para conseguir sus objetivos y, en numerosas ocasiones, la omega había hecho más para ayudarlo.
Win no le quitaba la vista de encima a la omega. Sin embargo, poco podría hacer por ella ante el comentario tajante de Bright. Él pensaba similar y no contradicería a su alfa solo por alguien a quien no estimaba.
Pero algo que no podía dejar pasar era el irrespeto de los códigos. Los pactos se cumplen y son sagrados, y eso un militar lo tenía más que claro
—¿Qué haces aquí, Win? ¡Acaba ya con Mew!
—Creo que Delilah tiene un punto a considerar.
—¡No empieces!—Bright estaba ofuscado. Sin embargo, Win encaró una ceja esperando que entendiera que no esperaba altanerías de su parte. Y, de inmediato, el chico bajó la guardia. —Perdón. ¿Decías?
Win sonrió: —Así está mejor.
Prosiguiendo, dijo: —Ustedes tenían un trato y debes cumplirlo, Bright.
—¿Me estás diciendo que no ejecute a Mew? ¡Se quiso escapar! Merece un castigo ejemplar.
Win rodó los ojos: —Te propongo exiliarlo junto a Delilah. Si lo matas será un castigo fácil, pero si lo dejas vivo en un lugar apartado de su Reino, junto a ella y muy bien custodiado, te aseguro que sufrirá hasta el punto en que deseará que lo hubieras matado.
>>> No hay nada peor para un alfa que vivir junto a una omega que no es la suya.
Bright asentía lentamente. Aquel plan planteado por su alfa le empezaba a gustar a su retorcido cerebro, siendo una alternativa ante el espectáculo que se había imaginado.
Pero mientras aquellos se desvanaban los cesos pensando en los lugares perfectos para enviar al alfa y la omega al exhilio, un pájaro negro sobrevoló la pequeña reunión.
Aquella ave voló lo suficientemente alto como para pasar desapercibida, pero también bajo para depositar una píldoras pequeña en el medio.
Y no tardó mucho tiempo para que más pájaros negros se tomaran la plazoleta, casi como si se tratara de una invasión, y depositaran pildoras en todo el recinto. La gente, alarmada por la cantidad de aves y con temor a lo que podía contener las píldoras, intentaron correr a resguardarse.
La guardia no lo permitió y rápidamente lo lamentaron al notar que aquellas pastillas dispersaban un humo que, si bien no parecía tóxico, si nublaba la vista.
El sitio se volvió ruidoso y el caos empezaba a reinar en él: llanto y alaridos de ayuda se empezaron a escuchar en todo el lugar. Pero fue breve, pues la atención empezaba a concentrarse en el grupo de personas que arribaban al lugar.
No eran cientos, ni miles, pero sí los suficientes. Una carabana que llamaban la atención porque su caminata era casi musical y eran liderados por una figura de caderas anchas y abultadas, alto pero no musculoso y cuyas piernas eran kilométricas.
Ni Bright, Ni Win ni Delilah sabían que decir. Permanecieron inmóviles y sin mencionar palabra alguna ante la imagen que estaban viendo. La guardia no podía protegerlos pues se estaban encargando de que el pueblo no se saliera de control; los más cercanos sostenían a Mew.
Sin embargo, los intrusos no les dieron tiempo de reaccionar ante lo que veían, pues de inmediato su líder llamó la atención. Caminó entre la multitud y se posó bajo el único rayo de sol que permitía ver bien el rostro de aquella persona que había ocasionado el caos público.
—¿Me extrañaron?—Sonrió.
Bright, Win y Delilah se miraron perplejos. ¡¿Cómo estaba él...?! ¡¿Por qué lucía así?! Una cinta decoraba su cuello mientras de este caían las telas que caían por su cuerpo. Su panza se encontraba al descubierto mientras unos shorts cubrían la parte inferior. Iba descalzo y su tono chocolate resaltaba más que antes.
—Creo que, con este atuendo, debo presentarme nuevamente. ¿No es así? Soy Gulf Kanawut Traipipattanapong, omega masculino descendiente de la Diosa Luna y su hijo Abbak
>>> Y estoy aquí para pelear por mi reino, por mi gente y por el amor de mi vida.
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N/A:
Dividí el capítulo porque había quedado muy largo (junto), así que espero que puedan leerlo más fácil de esta manera. ¡Gracias por seguir la historia!
Recuerden que queda muuuy poco para el final~
W.
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The Omega's Power: A MewGulf AU [TERMINADA]
FanfictionEl Rey Alfa de Tailandia había anunciado que todas las omegas casaderas, vírgenes y sin mordida debían presentarse cual ganado al Palacio Real para el Baile Anual de los Nobles en Bangkok. ¿La razón? Podrían convertirse en la próxima princesa del re...