Gulf
La presentación de su hija ante el pueblo tailandés era inminente. Si bien la mayoría de las personas que adornarían la celebración serían de Bangkok, su omega había ordenado traer caravanas de provincias más alejadas, específicamente aquellas que hubieran hecho parte activa de la reestructuración del pueblo.
La plazoleta, que alguna vez había sido el lugar donde Mew pensaba que pasaría los últimos instantes de su vida, se llenaba de color, música y vitores. La gente estaba extasiada y el ambiente festivo era notorio: Todos quería conocer a la princesa.
La única petición de Gulf antes de la presentación era que su familia estuviera en el lugar, por lo que la ceremonia se tuvo que aplazar una, y otra, y otra vez hasta que su padre finalmente aceptó liberar a su madre y a Grace. Por su parte, dejó expresado en una carta que cortaba cualquier tipo de relación que tuviera con ellos, y que esperaba jamás volver a toparse con ninguno.
Gulf sentía pena. Aún en medio del aire de cambios que había podido presenciar los últimos meses, no pudo resolver los problemas que tenía con su papá. En el fondo, él esperaba que, al ver todo lo que había logrado, se conmoviera y por una vez en la vida no renegara de tener un hijo omega. Sin embargo, el chico decidió adoptar una actitud diferente: agradecer por las cosas buenas que le ofreció Bon, perdonar de corazón los maltratos y continuar construyendo la verdadera familia que él había escogido.
Bastó solo con ver a Natasha acurrucada en los brazos de Mew para saber que esa perspectiva era la indicada. Le tomaría tiempo, por supuesto, pero su padre ya había dado el paso: Él había puesto la distancia entre ellos, cerrando la puerta a cualquier conversación que pudieran tener.
Por eso, recompuso su actitud y se acercó a su alfa para abrazarlo por detrás. El príncipe tenía puesto su traje diplomático de color rojo, que le hacía mucha justicia al cuerpo atlético y fuerte que poseía. Natasha, por su parte, tenía un vestido azul celeste con muchos brillos, combinándose con el atuendo de Gulf que también iba del mismo tono, solo que mate. Sin embargo, su pequeña portaba una diadema que apenas y le quedaba por tener solo un mes de vida: Era roja, como el atuendo de su padre.
—¡Mira quien llegó! ¡Es Dada!—exclamó Mew. Rápidamente el príncipe dio media vuelta para que ambos quedaran frente a frente, teniendo a su hija en medio. Natasha solo observaba la escena mientras algunos ruiditos muy mínimos salían de su boca.
Gulf sonrió amplio: —Hola, princesa. ¿Cómo se portó Phor?
—Natasha dice que me porté bien. Te estábamos esperando para reunirnos con la tía Grace y su abuela Veera.
—Entonces, ¿Qué estamos esperando?
Juntos, los chicos caminaron hacia la sala principal donde, según le había informado su alfa, las costureras se habían encargado de vestir a su hermana y madre. Teniendo como referencia la vestimenta que se había confeccionado para su compromiso, Grace y Veera llevaban vestidos largos con tonalidades azules, ceñidos a sus figuras pero bastante recatados.
Cuando Mew y Gulf arribaron ambas ya se encontraban cambiadas. No bastó un segundo tras verlas para que el omega rompiera en lágrimas mientras ellas le imitaban. El chico quería correr y abrazarlas, pero al mismo tiempo quería que vieran y admiraran a su pequeña Natasha que iba en manos de su alfa. Por eso, y casi como si lo hubiera dicho a través del lazo, ambos apresuraron el paso para quedar frente a frente con la familia del más joven.
Grace soltó un sollozo y Gulf supo que se trataba de la impresión de ver a su sobrina de cerca.
—¡G-gulf!—exclamó ahogadamente su hermana. Veera, a su lado, no paraba de derramar lagrimas. —¿E-es ella? ¿E-es tu...? ¡Es decir! ¿Es mi sobrina?
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The Omega's Power: A MewGulf AU [TERMINADA]
FanfictionEl Rey Alfa de Tailandia había anunciado que todas las omegas casaderas, vírgenes y sin mordida debían presentarse cual ganado al Palacio Real para el Baile Anual de los Nobles en Bangkok. ¿La razón? Podrían convertirse en la próxima princesa del re...