Capítulo 24

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N/A:

Ha sido una jornada difícil, así que aquí les traigo este regalito adelantado. Quería extender el capítulo pero preferí dejarlo hasta aquí para que todo sea más digerible <3 

Disculpen si es demasiado :( 

W.

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Gulf

Una semana. Ese era el tiempo de arribo que habían estipulado Los Nobles en su aviso a Palacio y aquel ya estaba llegando a su fin. En esos siete días, Gulf debía encontrar la manera de planear los dos eventos, el banquete de compromiso y la Boda Real, en tiempo record y, al mismo son, tomar clases de etiqueta con la Beta Yaya sobre sus obligaciones como esposo del futuro monarca tailandés.

Las voces de las doncellas que lo acompañaron durante la semana aún hacían eco en su cabeza, casi como si estuvieran jugueteando en ella:

—¿Su Excelencia prefiere color perla o marfil para los manteles del banquete?

—¡Su Excelencia debe escoger qué vino serviremos en la boda!

—¡Su Excelencia debe hablar con la Filarmónica Real! Son ellos quienes deben tocar la música del banquete, nada de arreglos vulgares por supuesto.

—¿Su Excelencia aprueba el caviar para la cena del banquete?

—Su Exce...

Ugh.

Fue allí cuando un dolor punzante se apoderó de su cabeza y un gruñido salió de su pecho.

Aquella respuesta automática provino de su lobo, pues en aquel momento se encontraba en medio de la clase pactada con Mild para aprender a controlar su poder. Sin embargo, no contaba con que aquello tuviera daños colaterales:

—¡Mierda!—El alarido de Mild hizo que el chico cambiara de forma con tal rapidez que sintió marearse. —¡Mierda, mierda, duele mucho!

—¡Lo siento, Phi Mild!—Exclamó el omega asistiendo con suma rapidez a su mayor.

Tras varios intentos de levantar al azabache, Gulf suspiró y se echó al suelo junto a su Phi enterrando de inmediato su cabeza entre sus rodillas. Lágrimas gruesas empezaron a brotar de sus ojos cual manantial, mientras su cuerpo se sacudía violentamente al compás de las mismas. Era como si dentro suyo algo hubiera hecho crack. Como si dificilmente pudiera superar tal hecho.

¿Por qué me diste un don que no puedo controlar, Diosa Luna? Se preguntaba en su mente. ¿Por qué tuve que ser yo y no otro?

Pasados varios segundos, el chico sintió un familiar peso en su espalda. Eran las manos de Mild que lo sostenían, acariciando aquella porción de piel de arriba a abajo como un arullo.

—Tranquilo, todo está bien. Yo estoy bien, solo fue un poco de dolor—susurró Mild. Sin embargo, aquellas palabras no sirvieron de consuelo. Contrario a esto, las lágrimas seguían cayendo en cascada, aún cuando el agarre del azabache se intensificó.

—Gulf, debes calmarte—musitó el mayor —Debemos ir. Tienes una cita con la señora Yaya en este momento y no la puedes perder.

Un gemido lastimero salió de su boca mientras su cuerpo continuaba sacudiéndose al son de las lágrimas. No más...

—Además, no quiero que Suppasit me arranque la cabeza así que, ¿podrías por favor vestirte con rapidez? ¡Diosa Luna! Ese alfa acabará conmigo antes de que cante el gallo...

The Omega's Power: A MewGulf AU [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora