Capítulo 29

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Mew

Después de la explosión vino el caos. Por un instante, las instalaciones del Palacio se sumieron en una nube de humo espeso y tan oscuro como el carbón, mientras en los oídos del príncipe se escuchaba un pitido que alertaba a su lobo. Aquella capa era tan densa que se le hacía casi imposible ver entre la misma. Sin embargo, en medio de toda la confusión, a su mente e instintos solo le preocupaba una cosa:

Gulf.

—¡Mew!—La voz de su omega se escuchaba lejana, pero sus sentidos de alfa se recuperaron de inmediato. —¡Mew, Mew!

—¡Gulf!—gritó el mayor. —¡Gulf! ¡Cariño! ¿Dónde estás?

Unos suaves pasos se escucharon a su alrededor. No había murmullos pero sí el sonido sordo de aquellos pies que corrían rápidamente en dirección desconocida. El olfato de Mew aún no se recuperaba del fastidioso olor que emanaba de aquel humo desconcertante, ocasionando que fuera imposible para el chico olfatear a su omega.

—N-no sé—La voz de Gulf sonaba vacilante. Mew extendió su mano para tantear a su alrededor, pero el chico aún no sabía en qué parte de la habitación se encontraba él y su omega. —Mew, tengo miedo.

—Sigue hablando cariño, te encontraré—Mew reunió todas sus fuerzas e intentó caminar a ciegas.

—¿Q-qué te digo?

Piensa en algo, Mew.

—Cuéntame sobre aquel libro que estabas leyendo—replicó el alfa dando pequeños pasos en dirección norte. —¿Cómo finalizó?

—¿O-onix?—Mew asintió. Pronto se dio cuenta de su error, así que musitó un corto "si" mientras continuaba con su travesía a través del gran lugar. —F-fue un final abierto. E-el omega se enfrentaría a una batalla interna entre su poder y su voluntad para proteger a los que más ama, p-pero el autor no dijo cuál sería el final.

Viene desde la izquierda, dijo el chico en sus pensamientos. Su sentido del olfato empezaba a despertar, pero Mew sabía que no podía confiar ciegamente en éste después del caos.

Gulf continuó hablando del libro, contando detalles desconocidos para el alfa. Fue de esa manera en que la voz del omega se hizo tan clara como aquella mañana, así que, sin chistar, el alfa extendió sus manos atrapando la humanidad del más joven.

—¡Te tengo!—exclamó el príncipe sosteniendo a su omega firmemente. Gulf sollozaba en su pecho mientras su nariz se posaba en aquella curva de su cuello. El olor no era el más vibrante que había olído jamás, pero sí destacaba en medio del repulsivo aroma a humo.

Fue en aquel instante en que recordó que no estaban solos. Más temprano, la pareja se encontraba desayunando en familia, pero nadie respondía. Mild, Grace, su futura suegra no parecían estar en el lugar, a juzgar por el silencio en que se encontraban sumidos ambos.

—Debemos salir de aquí—murmuró el alfa. Gulf asintió tosiendo un poco. Acto seguido, el alfa sostuvo la cabeza del omega y la pegó a su pecho, y comenzó a caminar, un poco más seguro, en dirección opuesta al Palacio.

***

Mew no había salido de su estupor cuando otra acción heló sus huesos. Pequeñas explosiones se escuchaban alrededor mientras una turba enfurecida gritaba hasta el cansancio, casi desgarrando sus cuerdas vocales.

—¡El pueblo tiene hambre! ¡Abajo el Rey! ¡Abajo la Familia Real!

El mayor no lo entendía: no lograba comprender qué sucedía a su alrededor ni por qué todo estaba pasando con tanta violencia. No eran unos cuantos los que habían llegado a Palacio: El príncipe se atrevía a calcular que más de la mitad de la población de Bangkok se había congregado fuera del Castillo Madee Preecha para lo que parecía una protesta.

The Omega's Power: A MewGulf AU [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora