-Creo que te está diciendo la verdad…
-¿¡En serio!?Me preocupaba mucho no entenderlo. Pero… ¿Por qué yo?
-¡Sí! Creo que… posiblemente sean razonables esos celos. Quién sabe Harry, averígualo.
-¿Podrías averiguarlo por mí?
-¡Harry! –Reprochó.
-Por favor… -No respondía- Por favorcito…Suspiró ruidosamente. Yo solté mi risa pícara y ella balbuceó.
-Trataré de contactarla y… ver qué sucede.
-¡Gracias!
-Creo que esto es… muy infantil. Puedes preguntarle tú… pero…
-Pero… ¡Sabes qué quieres saberlo tú también! –Comenté a mi favor.Ella sabía que quería saberlo… vaya.
(…)
Desayuné en la cafetería más cerca de mi departamento, era una pequeña cabaña que daba increíble luz natural. Leía mi teléfono y uno de mis amigos me platicaba su día. Pretendía ponerle atención al teléfono celular solo para no hacer contacto visual con algunas personas que estaban mirándome como si yo fuese un bicho extraño.
Pronto observé que había multitud de personas fuera… de nuevo. No estaba tan de buen humor, pero tenía mejor humor que hace días. Logré cambiar palabras con algunas de las chicas presentes… pero debido al disturbio no pude más.
Caminé con mi amigo durante unas cuadras… esperando ver el coche donde él se iría y partiríamos cada quien a su destino. Estaba tan pensativo que perdí la mitad de la conversación en mis pensamientos… y aún me atormentaba le hecho de no saber lo que estaba pasándome… y me refería a mi distracción y pérdida… yo seguía aquí pero no me sentía aquí. Observé mi teléfono y mi amigo se despidió de mí. Aunque distraído estaba logré despedirme sin problema.
Seguí caminando hasta el coche que había estacionado cerca. Debía estar cerca…
Louise escribió un mensaje de texto y al instante respondí. Me había mandado un número… pero yo no sabía de quién era ese número.“¿Qué has mandado?”
“El teléfono de ____”
Mi estómago se contrajo…
“¿Para qué quiero yo su teléfono? Bueno, no es como que seamos amigos para hablarnos diario”
“¿Cómo que para qué lo quieres ‘pelmazo’? ¡Obvio para que le llames y le preguntes!”
Reí. Estaba nervioso por solo pensar que le llamaría… sí… lo haría.
“Gracias. ¿Tú conseguiste saber algo?” –Mandé por última vez.
No me respondió. Me carcomían las ganas de saber. Hacerme el perdido en el estacionamiento estaba haciéndome ver como un ansioso. Así que entré al coche.
Mis manos estaban sudorosas… había contado los minutos que Louise se tomó para responderme…“¡Ni loca te cuento!”
« Ni loco yo, permitiré que no me cuentes » -Pensé.
-¡Estás loco! –Ella me dijo al responder el teléfono.
-¡Cuéntame lo que sabes! –Insistí. Ella rio.
-Estás muy… muy loco.
-¿Te ha dicho algo?
-Harry… por Dios.
-¡Por favor! ¡Por favorcito! ¡Te deberé mucho!
-Me agradaría contarte en persona… estaría increíble ver tu reacción.
-¡Bien! ¿Cuándo? ¿Dónde?
-¡Vaya! Cálmate… -Burló.Pude notar mi emoción. Ella lo hizo igual… vaya… estaba emocionado. Extasiado… descontrolado.
Louise me explicó sus deberes de los que primero debía deshacerse antes de vernos de nuevo. Ella estaba en UK mientras yo en Los Ángeles. No es como si la extrañara… pero tenía información que yo necesitaba saber por motivos desconocidos y poco analizados.
Conduje hasta mi departamento, la luz se estaba intensificando y el calor estaba incrementando. Estaba un clima increíblemente perfecto, con el sol y un poco de viento. Perfectos como para pasarlo caminando por las calles.
Caminé algunas calles por mi departamento… los lentes oscuros me permitían perder la vista entre todo lo que hiciera contacto visual conmigo. irónicamente estaba perdido… y hasta tarde recordé a Annabelle.“Ten una tarde preciosa” –Mandé.
“¡Gracias! Igualmente. Llego mañana… te quiero x” –mandó.
Nunca nos habíamos dicho que nos queríamos… al menos no lo recordaba. No respondí. Dudé en mi mente si yo también debía decirle que la quería. Simplemente no sabía. Y si no lo sentía era mejor no estar juntos… porque… la lastimaría… o yo mismo me heriría a potencia exagerada. Yo… no soy un patán.