Se inclinó hacia mí, sosteniendo su barbilla sobre su mano... sonrió sin mostrarme sus dientes. Estábamos tan inminentes uno de otro... mi mano lentamente caminaba y se movía con cautela hacia sus mejillas.
«Detente»
Ella no se inmutó. Simplemente seguía mirándome con la misma reacción...
Mi pulso me indicaba que era ella a quien debía besar ya...
« Annabelle... »
Me detuve a centímetros de sus labios. Ella miraba los míos y mis manos no estaban en sus mejillas... lastimosamente no.
-¿Sabes qué está mal? -Dijo ella.
-Es mi culpa.
-Realmente es mía.
-No, claro que no.
-Sí. Es... mía. Yo... estoy... mirándote de esta manera. Discúlpame.
Se puso de pie y caminó al baño. Debía hacer algo, no podía pasarme esta oportunidad de besarla. No quería engañar a Anna... sabía que no éramos nada, pero posiblemente ella sí lo crea así.
"Necesitamos hablar sobre qué me siento enamorado" -mandé... sin valor de escribirle un "Y no es de ti".
Segundos más tardes de haberlo mandado, mi mente comenzó a debatirse en cuán patán me había dejado ver. ¿Qué le decía? ¿Qué me había equivocado y había manado accidentalmente ese mensaje? ¿Qué no era para ella? Todo apuntaría a que lo que hice estuvo bajo, y más por ser un mensaje de texto.
-¿Estás bien? -Preguntó, sobresaltándome al creer que estaba solo.
-¿Por qué? -La miré.
-Tienes un rostro... muy fruncido. -Imitó mi rostro.
No me limité a reír. Ella sonrió, esta vez mostrándome la hilera blanca de sus dientes.
-Así está mejor. -sinceró.
Se sentó a mi lado, su cabello estaba siendo alborotado por sus manos y yo observaba todo acto.
-Estará mejor si nos disponemos a dormir. ¿Sabes?
Entendí que al instante estaba presentando síntomas como los míos. Porque ahora no podía mirarme tanto a los ojos como antes de ir al baño. Me gustaba sentirme en este peligro de ser descubierto, pero debía controlarlo ya que no quería herir a Anna.
Me puse de pie, apagué la luz de la cocina y tallaba un poco mi abdomen. Tenía algo de frío en mi mano, y frotarla ante mi piel me tranquilizaba esta ansiedad.
-Si quieres algo de la cocina... o algo parecido, estás completamente a disposición de acceder. Te quedas en tu casa. -Ofrecí.
Me sonrió, me miraba sobre su hombro, ya que me daba la espalda. Se volteó. Me recargué en la pared y seguía debatiéndome que debía irme a dormir de una buena vez.
Ella se levantó del sofá y se acercó a mí.
-Puedes dormir en la habitación extra. Solo hay un colchón y tiene baño. -Avisé. Nervioso...
-Gracias.
Se dirigió a su bolso y buscó su teléfono. Lo apagó. Acto que me colocó en una situación más frenética.
-Buenas noches... Harry.
Me avisó. Caminó hacia la habitación y la seguí ya después de que había cerrado la puerta. Desee entrar y besarla. Estaba provocándome cosas que comparadas anteriormente no había sentido. Miré hacia todo el departamento y me pareció desierto y frenético a la misma vez.
(...)
Entró en mi habitación, haciendo absolutamente nada de ruido. Llevaba una blusa holgada que dejaba a mi imaginación lo que había debajo de la misma. Yo no sabía si quedarme en la pared cerca de mi ventana o ir a besarla y acariciarla. Ella caminaba hacia mí enseñándome sus piernas desnudas. Caminaba al compás de mis palpitaciones, cada vez más rápido... colocó sus manos en mi camiseta negra, acariciándome el pecho a palma abierta. Acercándose poco a poco a mi rostro, preparándonos para besarnos por una eternidad. Cuando comenzó a besarme me di cuenta de que todo se tornaba borroso y que no sentía sus labios. Abrí al par mis ojos, sudaba y estaba completamente en un sueño. Me senté en la cama y voltee para verificar que era un sueño. No había nadie a mi lado y mi cama tornó a ser vacía esta vez. Vi la hora y era aún de madrugada... me asomé a la habitación de ___ y estaba cerrada... seguro estaba dormida.
Mi teléfono sonaba energúmeno, alguien estaba llamándome. Cuando logré estirar el brazo hacia él; colgaron.
"(3) llamadas perdidas de Anna"
Suspiré. Eran las nueve de la mañana, con algunos minutos. Se escuchaba ruido en la cocina. Después de ir al baño, corrí a ver a ____ en mi propia cocina... ansiaba verla.
Estaba sobre una de las sillas, con su ipad a un lado, un café, un panecillo y algunos papeles encima. También tenía manzanas picadas en el platillo con el pan.
En medio de la mesa había una caja de los mismos panes, y una taza cerca de ella, vacía, esperando ser llena por el café que había preparado. Olvidé que estaba semidesnudo, así que corrí a cambiarme antes de que me viera.