-Hola –Respondí al saludo que no era para mí.
Ella me miró, anteriormente no lo había hecho. Se quedó helada, mirándome como si yo representara uno de sus miedos. O tal vez preocupaciones.
-¿Qué haces aquí? –Suavemente recorrió sus ojos por la habitación. Esperando no encontrarse con alguien.
-Vengo solo. –Apresuré- Vine a... verte.
-¿A qué más vendría? –Escuché al chico que no evité preguntarme sobre su nombre.Ella agachó la mirada, un poco nerviosa y poco accesible.
-Si... te... -tomé aire ante mi nerviosismo- si quieres me retiro.
-No te estoy... echando. –Me dijo ella.Este joven se acercó y le dijo algo a ella de lo que no presté atención. Ella se despidió de él besando su mejilla y él me indicó con su mano que se iría.
Se cerró la puerta detrás de nosotros. Ambos estábamos a unos pasos del otro y justamente de pie.-¿Anna te mandó?
-No.
-¿Seguro?
-Sí.Suspiró. Dejó salir de su pecho un aire, un suspiro que me causó tanto revuelo que me hizo sentir un extraño. O posiblemente un cobarde que no se permitía besarla en ese momento.
-Quiero hablar... -Confesé.
-¿De qué?
-De cosas...
-¿De qué cosas?
-De por ejemplo... ¿Por qué has renunciado?No me quería contar aún y lo entendí. Pero yo no quería irme, así que prefería verme como insistente y molesto. Me detestaba en ese instante por no saber qué hacer de mi vida.
-¿Puedes permitirme un momento? –Me avisó, mirando la pantalla de su celular.
Vibraba, así que asumí que estaba recibiendo una llamada. Me senté, entendiendo mi papel en ese instante. Sentí que la bolsa de mi pantalón tenía dentro algo que sonó a sentarme. Así como un papel.
-La carta. –Susurré.
La saqué de inmediato, revisé que ____ no estuviera cerca y la abrí.
"Anna.
Omito el derecho de explicarte mi razón para poder irme. Aparte de mi carta de renuncia real, toma esta y léela a criterio propio..."
Su letra me parecía muy linda... y me había desubicado de la línea solo para pensar esto.
"... No te mentiré diciéndote que no sé la razón de mi despedida. Pero quiero guardar en privado mi razón de irme. Te agradezco por abrirme muchísimas puertas y por todo lo que hiciste por mí estos dos años..."
¿Dos años? ¡Es demasiado!
"... Ahora todo tomará otro camino para mí. Sé que me dirás que no entiendes mi razón de partida y que me pedirás que me quede, o eso espero yo. Pero por bien al respeto que nos tenemos, me he decidido por alejarme. En ningún momento te falté al respeto y nunca pienso hacerlo. Menos a quien me acogió en sus manos por más del trayecto de trabajo. Nunca hice algo incorrecto, pero me voy por ello mismo. Por respeto a ti, a la empresa y a nuestra amistad. Espero entiendas que debo irme antes de hacernos daño. Porque aunque no entiendas lo que sucede, aseguro que anteriormente sospechaste de mí cosas que no quiero mencionar. Y confieso, que prefiero irme yo a que me despidas por asuntos ajenos al trabajo. Recuerda que para mí siempre serás la mejor maestra, y no te pido compasión una vez fuera de aquí. Si algún día necesitas de mí, llámame. Posiblemente pueda estar para ti.
De nuevo me disculpo si algún día te hice sentir incierta ante relaciones personales. Pluralizo ante todo, y sabes por qué es. Es mejor irme y dejar una imagen "Decente" ante la empresa y ante ti. Te aprecio bastante Anna, un abrazo y muchísimas gracias por dejarme ser parte de tu vida laboral.Atentamente, ___"
Antes incluso de que pudiera procesar todo con calma, la puerta ansiaba con ruido; Qué ella había ingresado de nuevo. Doblé rápido la carta y me debatía si debía guardarla o decir que sí; había leído su carta.
-¿La has leído? –Me preguntó. Me puse de pie, intentando parecer normal.
-Sí. –Confesé.
-Supongo que ya sabes por qué renuncié.
-No lo entiendo. Eres demasiado... evasiva.
-¿Has entendido algo de la carta?
-Sí lo he hecho.
-¿Qué has entendido?
-Creo haber entendido que has renunciado por mí. –Averigüé