Capitulo 6

160 11 0
                                    

-¡Hey! –Dije, alegrado de verla sinceramente.

Me miró sobresaltada. No había observado que estaban en sus manos más cosas que la Tablet.

-Lo siento. –Reí un poco ante su reacción- ¿Quieres ayuda?
-No, gracias. Y hola. –Sonrió como siempre.

Su sonrisa tenía una particularidad muy clara. Era tan afable, simpática, tan suave y delicada que su discreción estaba dejándome mucho a mi imaginación.

-¿Vienes con Anna? –Apresuró a preguntar.
-Vengo a verte a ti. –Bromee, quería verla sonreír de nuevo por razones de simpatía.
-Te hubiera creído si es que no la hubiera visto sobre arreglándose para ti. –Levantó sus cejas en señal de picardía. Solo sonreí cohibido, mirando al suelo- ¿Cenarán?
-Sí.
-Suerte. –Sonrió- 
-Gracias, supongo. –Sonreí de regreso. 

No pude desviar la mirada de esa sonrisa llena de amabilidad. Estaba volviéndome loco con ella, quería que sonriera mucho para mí. Era extraño, las personas solían causarme emoción al verlas sonreír, pero ella tenía esa gracia de contagiarla. 
Me recarga en la pared del elevador en cuanto entramos, pronto sentí que el mismo dejó de moverse. La miré de golpe, deseando no habernos estancado. 

-No puede ser esto posible. –Susurré. 

Ella lucía tranquila, aunque sus ojos indicaban que estaba ocultado miedo. Pronto comenzó a reír. Haciendo que mi preocupación desvaneciera y le mirara con esa sonrisa avergonzada que solía mostrar. 

-Estás aplastando dos botones a la vez. –Me dijo al dejar de reír. 

Tocó mi brazo y me alejó de la pared. En cuanto me quité observé que los botones estaban marcados en mi piel. Sonrojé y sentí que el elevador movió el piso de nuevo.
Ella sonreía hacia su Tablet, mirando atenta pero sin dejar de reír.

Miré confuso y evitando reírme. Me estaba sintiendo bastante nervioso y confundía reconocer el origen de esto. 

-¿Ella te ha contado algo sobre mí? -torpemente pregunté. 

Alzó su mirada hacia mí, sin intimidarse en absoluto pero sin demostrarme confianza. 

-No realmente. 
-bien. -suspiré. 

Quería que nuestro momento en el elevador fuera ameno y nada incómodo. Pero su desinterés en hablar conmigo estaba incomodándome. 

-¿Por qué? -soltó, mirándome sin problema.
-nomás. Sólo... No quisiera que algo de esto se supiera. Sí es... Mucho pedir. -persuadí. 
-no te preocupes, no tengo intenciones de sabotearte. -sonrió, tranquilizándome por completo. 
-gracias. 
-Pero, quisiera saber algo. 
-¿Qué es? 

Me miraba y entendía la razón. Lo capté al instante. Me diría algo como Louise, lo iba a hacer. Entendía que estaba dudando en decirme y las puertas del elevador impidió que me preguntara. 

-Hasta luego. -bajo ella. 

No sentí el momento en el que el elevador bajó hasta los estacionamientos. Se cerraron ambas puertas y aún me preguntaba sí debía saber lo que ella iba a decirme.
Me encontré con Annabelle en el piso acordado, ella fingió no haberme visto, y yo fingí que no me reí por dentro. Se veía increíblemente producida, bajo maquillaje en los ojos y labios, potenciándolos a su máxima expresión. 
Me sonrió cohibida y me besó la mejilla. Era hora de irnos.

(…)

La noche fue increíble, entre coqueteos terminamos en un cálido beso, que se tornó fogoso. Desee que fuera conmigo esta noche, pero no podía ser todo tan rápido. Esa mañana en la primera persona que pensé no fue en Annabelle, sino en ___. Mi intriga estaba ahorcándome respecto a nuestra despedida en el elevador. Necesitaba saberlo, y podría excusarme para ver a Anna…
Mi teléfono tenía un mensaje de texto de ella. 

“Increíble noche Styles” 

No le había respondido desde que había llegado el mensaje, no me apetecía responderle por extrañas explicaciones que no podía razonar ahora.
Ahora yo estaba solo en Miami, Lou Teasdale se quedaría unos días más y yo me quedaría solo para ver a Anna por más días.
No estaba seguro de lo que estaba sintiendo por Anna, solo recordaba algunos fragmentos de anoche, debido a que recordarle de esta manera me sacaba se sí. Ella era una persona atractiva, y afable conmigo. Pero al tratarse de personas ajenas a nosotros… todo se tornaba diferente. Había creído que ___ era una trabajadora excelente y lo sostenía aún, pero Annabelle solía ser inhumana cada que yo le mencionaba a esta chica

You can't fight the feeling. H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora