El estruendo del avión aterrizando me hizo sobresaltarme. Al abrir los ojos le encontré a ella mirándome. La hija de mi estilista miraba como me asustaba por el fuerte aterrizaje. Le sonreí afable, ella solo me entregó en manos aquel muñequito que llevaba en las suyas.
Me pesaban los ojos, temía quedarme dormido sin mis gafas oscuras. No era presunción en sí, pero fustigaba que se percataran de mi extenuación. Estábamos llegando a Miami, el clima estaba irritando a mi cuerpo, tanto que desee desnudarme en el vehículo.
Tendríamos el último concierto esa noche, El estadio Sun Life contaba con las fans dentro hace algunas horas, el clima no favorecía nada ese día, solo deseaba irme al hotel a ducharme y dormir un poco.
-¿A dónde vamos? –Pregunté cuando el conductor tomó camino a edificios del lugar.
-Iremos con una modista. –Me respondió Paul.
Levanté mis cejas, preguntándome una y otra vez el porqué de una modista si teníamos ya a Caroline y Louise.
-Louise irá a recoger algunas cosas. –Ella asintió al mirarme. Tenía en brazos a Lux por lo que no quería despertarla de su sueño reparador.
-Iré por un catálogo que he hecho.
-Oh, ya entiendo. Entiendo. –Respondí al cruzarme de brazos y recargar mi cabeza en el vidrio.
El aire acondicionado me habría proporcionado ayuda para dormir durante el camino. Escuché que la puerta de la camioneta abrió.
-¿Vienes? –Me preguntó Louise.
Abrí mis ojos y me pregunté si era buena idea haberme venido en esta camioneta. Posiblemente los chicos ya estaban dormidos…
-Claro. –acepté a cuán curiosidad me daba por ver dentro del edificio.
Al bajarme sentí el clima húmedo con poco aire. Estaba caliente aún y parecía que llovería en cualquier momento. El sol había estado ocultándose constantemente, pero suponía que saldría de nuevo en cuestión de minutos.
Entramos, primero Louise, luego yo y al final Paul, quien nos custodiaba.
El aire acondicionado nos acobijó de nuevo, el piso resbaloso Lux de mi mano y Louise caminando hacia la recepción eran la razón por la cual no era tan mala idea de haber venido a conocer aquí. Una chica con cabello envuelto en una trenza, ojos rasgados y sonrisa pequeña la atendió, indicándole a dónde tendría que ir para pasar con esta persona.
Cargué a Lux debido a que estaba algo fastidiada. En el elevador cayó dormida en mi hombro, solo esperaba que no sintiera incomodidad en el camino. Me percataba a cada paso que todo lucía como hotel. Paredes minimalistas, lisas y frías. Espejos en casi todos lados y esquinas, elevadores plateados y plantas verdes que resaltaban. Louise tocó a la primera puerta a la que llegamos. Aunque no entendía por qué había tocado si la puerta era transparente, de cristal muy bien tallado.
-¿Entrarás conmigo?
-Te espero a fuera… si quieres. –Le indiqué con un movimiento de hombros a su hija en mis brazos- no tardarás, ¿cierto?
Soltó una pequeña risa bufona. Le miré intentando guardar mi sonrisa pero fracasé repentinamente.
-Si llego a tardar te aviso para que pases, ¿bien? –Me avisó justo al dejarme ahí afuera.
Paul se sentó a mi lado y Lux en mis piernas. Los asientos estaban helados y su cuero negro y brilloso era perfecto en ese momento.
Lux miraba hacia una de las puertas abiertas, no lograba observar lo que ella estaba percatando.
-¿Qué estás viendo? –Pregunté mientras me acercaba un poco a ella.
Lux miró hacia mí sonriendo, balbuceó algo y apuntó hacia la puerta. Levanté la mirada y observé a una chica salir de ahí, sonriéndole a Lux y saludándole.
Su tez de piel era diferente a las que solía ver, no era morena, no era blanca, no estaba bronceada.
-Buenos días. –Me dijo ante mi mirada torpe en sus brazos.
-Buenos días. –Sonreí- Lindo color de piel.
-Gracias. –Sonrió e hizo caso omiso a mi halago; yéndose a uno de los sillones lejos de nosotros.
Mientras Lux la observaba –y aprovechaba para analizarla- Percibí que trabajaba aquí. Llevaba unos zapatos altos color negro primoroso, unos pantalones de vestir negros que eran holgados de sus muslos y más pegados de sus pantorrillas. Distinguí su blusa que llegaba a su cintura y también esos pantalones. Ella leía una revista, algunos mechones se salían de la media cola detrás de su cabeza; En su frente y orejas. Cruzó la pierna y Lux ansiaba que ella la mirara.
Tenía poco maquillaje y labial… muy claro. Volteó a ver a Lux y desvié la mirada. La ventana no se veía atractiva pero intenté disimular. Miré a Paul quien me había descubierto mirándola. Levantó ambas cejas, incitándome a hablarle, pero no quería hablarle. Negué con la cabeza, ahogándome la risa nerviosa.
-¿Eres ___? –Escuché a Louise.
-Sí. –Respondió la chica.
-Por favor pasa. –Indicó Louise.
Levanté la mirada para volverla a mirar y vi la mirada de Paul en ella también. Entró con Louise y me enfoqué a jugar un momento con Lux.
Miré el reloj y habían pasado ya más de treinta minutos, estaba agotado de estar sentado. Me estaba comenzando a dar sueño y ese sofá era perfecto para dormirme en ese momento.
-Llevaré a Lux a la máquina expendedora. –Avisó Paul con Lux en brazos.
Asentí. Pronto me recargué en el sofá, removiéndome para encontrar la posición perfecta.
-¿Gustas algo de almorzar? –Escuché. Me sobresalté un poco y abrí ambos ojos.__________________________________________________________________
Nueva novela de Harry, espero que les guste, NO es mia, y tengo el permiso de su dueña.
Creditos: ODMW (Iniciales de pagina en Facebook)
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