Llegamos a la habitación entre pasos vacilantes. Mis padres no habían llegado, y aunque llegasen, ellos compartían habitación lejos de la mía.
-¿Entramos?
No me respondió, sólo abrió la puerta que anteriormente había abierto yo. Sonrió, mirándome completamente a mí. Luego de dar unos pasos por el pequeño pasillo a la habitación; volteó a mirarme de nuevo con esa sonrisa.
-¿Estás consiente de que una vez que entras ya no saldrás? –solté.
-Estoy consciente de que no quiero irme.
Sonrió. Dejándome un tanto helado ante su respuesta. Pronto observé como caminó hacia el sofá que estaba primero y me miró, hablándome con su mirada la cual me costaba muchísimo interpretar con mi cabeza llena de emociones escondidas.Me senté a su lado y optó por hablar. Estaba hablando más que nunca. Esa conexión que estábamos creando me estaba afirmando una vez más lo que no aceptaba anteriormente.
Vertiginosamente nuestras manos rozaron haciéndonos callar esas risotadas en las que habíamos explotado. Ella quitó la mano con suavidad y luego yo observé en silencio el acto. Nuestros ojos se encontraron y no dudé ni siquiera tres segundos más. Simplemente besé sus labios que estaban a una distancia muy lejana de los míos. El cielo pudo haberse caído y a nosotros no nos hubiera importado. Solo sentía que estábamos disfrutando el beso... un beso suave, el cual describirlo era muy difícil. Mis manos buscaban en donde ubicarse, las de ella estaban en su regazo, y pronto se colocaron en mis mejillas, aprensándome a la idea de no separarnos.
Si quiera pensar que estábamos besándonos solos en la habitación, con demasiada intimidad, me hacían rogar estar decidido a avanzar más y saltarme el paso que estaba deseando. Quería probarla, sentirla, verla... quería observar cada detalle mínimo que ella tuviera. Mi mirada estaba perdida a pesar de que llevaba los ojos cerrados...
Su teléfono vibró más de una vez... ella ignoró hasta que me alejé. Posiblemente era importante.-¿Hola? –Contestó antes de que le colgasen de nuevo.
Miré como hablaba. Su semblante había cambiado a algo nostálgico... mi mujer bonita estaba teniendo una mala noticia.
Colocó una de sus manos en su frente, agachando así su mirada. Coloqué mi mano en su rodilla y ella colocó la suya sobre la mía. Suspiró, terminando con un "Prometo llegar".-¿Todo está bien? –Pregunté al instante de verla cortar.
-No, -Se levantó al instante- debo irme. Tengo un... una... un... -Balbuceaba.
-A ver, tranquila. –Coloqué mis manos en sus hombros, ella suspiró. Tenía la mirada triste y me sorprendía su semblante.
-Un familiar muy cercano a mí... tuvo un... problema de salud y... soy importante para él. Debo irme...
-¿Te llevo?
-¡No! tendré que tomar taxi, es muy lejos de aquí.
-Puedo llevarte... -Interrumpió.
-No Harry, gracias. Se hacen más de ocho horas de camino, no llegarás a tu vuelo.
No quise preguntar más. Posiblemente la preocuparía más de lo normal.
La acompañé al lobby, donde me esperaban algunas personas a mí... quién sabe quién les había dicho mi ubicación.-Si quieres atender a esas personas está bien, -Dijo con cierto tono amargo- yo debo irme, después nos veremos. Lamento arruinar esta noche.
-No arruinaste nada, y no, me iré contigo.
-¿Te irás conmigo?
-Sí.
Se detuvo en seco, justo donde nadie nos veía. Tomó mis mejillas y me miró a los ojos.
-Debo ir sola. Llegarás tarde a tu destino después de dejar Miami. No puedes venir conmigo, no sé cuánto tiempo estaré allá.
-Bueno puedo... -Interrumpió.
-Por favor. –Su voz se cortó un poco. Mi corazón latió con fuerza... no quería verla llorar.Cuando se subió al taxi sentí necesidad de abrazarla más de lo que ya había hecho antes de que llegase el taxi. Le abracé como nunca, posiblemente una pre-asfixia. Se veía tan triste. Y todo fue tan repentino que... no tenía más explicación.
Firmé algunas cosas y luego subí a la habitación, justo después de que la seguridad interviniera.(...)
Mi cabello debajo del sombrero blanco aclamaba aire. El invierno en Los Ángeles había caído perfecto. ____ había pasado días sin responderme. Le mandé mensajes dos semanas completas, deseándole un excelente día. Esperando que se recuperara del dolor de casi-pérdida que estaba causándole su familiar.
En Febrero comenzaríamos con el nuevo tour; Four. Aún tenía tiempo de pasarla bien antes de tener que estar lejos de casa. Mis padres habían tenido ese sentimiento vacío de querer conocer a ____. Y a mis padres me refiero también a mi padrastro Robin.
Se aproximaba la bonita navidad. Había pasado bastante tiempo sin verla, lo que seguro había sido eterno, al menos para mí fue una increíble eternidad tener que mensajearle a la nada. Ya que no me respondía. Pero todo podría cambiar.
Navidad era una fecha que pasaría con mi madre en Londres, luego regresaría a Los Ángeles a ver a mis amigos en año nuevo, aunque no era algo muy seguro.Eran las cuatro de la mañana del día 21 de diciembre. Mi pecho latía con fuerza, estaba sintiéndome más nostálgico que nunca.
Tomé mi teléfono y mandé otro mensaje más."Realmente te extraño mucho. Ya no quiero darte más tiempo para ti. Estoy seguro de que te necesito... y requiero saber si estás bien. Necesito saberlo, si quiera un mensaje... te quiero"
Posiblemente era la primera vez que le decía te quiero...