Narra ____. (capítulo #46-50)
Harry me miró a los ojos. El contacto que estábamos haciendo me indicó cortésmente que iba a responder. Mis latidos cardiacos estaban descontrolándose dentro de mi pecho. Yo reí, desinteresadamente voltee a ver a mi tío quien lo veía con exagerada atención y seguridad. Yo ya estaba muy nerviosa y a la vez me sentía ansiosa por escucharlo.
Iba a comenzar a hablar, pero Roger –mi tío- le interrumpió.-Que sean de todo, no nomás de su personalidad. –advirtió.
Harry volvió a su mente, buscando brevemente esas virtudes.
-Sus ojos. –Me miró. Sentí mi rostro hirviendo y el calor corporal me había desvanecido todo frío de esa noche- Su sonrisa también. Su cabello, -pasó sus ojos hacia mi cabello- Sus piernas –Sonrió pícaro- Su risa... su disciplina, su honestidad. Su voz... esa dádiva en humor que tiene... Su color de piel... -Tomaba tiempo para admirar cada rasgo que emitía. Ya eran más de ocho...
-Toda ella. –Terminó por decir mi tío con un suspiro- está bien, tienen mi bendición.
-¿Anteriormente no? –Dije bromista.
-No, debía verificar lo que el chico veía...Mis familiares se fueron a sus despectivas habitaciones. Mi madre se preparaba para dormir y Harry y yo caminábamos a mi habitación.
Habíamos aclarado aquella vez que no nos hablamos por casi ochenta días. Mi verdad era que yo estaba esperando que él me llamase. Y él esperaba que yo lo llamase. Tuvimos ese malentendido debido a que ninguno de los dos quería verse desesperado. También me contó de la necesidad de su madre por conocerme. Me emocionaba que ella quisiera saber de mí, no me ponía para nada nerviosa la idea de conocer a su familia. Pero no podía saltarme pasos. Yo quería seguir un orden.-Así que... muy imparcial. –acentuó al recargarse en la pared mientras abría mi puerta.
-Ecuánime. –Levanté ambas cejas.Él soltó una pequeña risa. Yo solo sonreí.
-Me iré a dormir.
-No duermas... -Me indicó, deteniéndome del brazo.
-¿No viajarás a Londres?
-Viajaré en... -Vio la hora- 45 horas...
-Ah, increíblemente bien. –Reí- eso es como casi nada.
-¿He?Desentendió mi sarcasmo. Yo solo le observé los ojitos que brillaban con la luz amarilla del pasillo.
-Bien, no dormiré. Pero, ¿Te quedarás?
-Acepto tu oferta de quedarme. –Sonreía.Abrí la puerta y me dejó pasar primero. Después de cerrar la puerta detrás de nosotros, me percaté de que estaba evitando estar sola con él por lo que pudiera pasar. No tenía miedo, simplemente no quería que pasara algo. Porque para mí no era justo creer que éramos algo, entre besos y abrazos. No quería ser otra Annabelle.
Él caminó hasta mi cama y se echó.-Ven... -Dio un golpecito en el lado derecho del colchón.
Me senté, él me rodeó con sus brazos, llevándome hacia él y dejándome sobre él.
-No tomé, pero tengo el valor ahorita de decirte lo bonita que te ves. –Halagó.
-¿Bonita? ¡Preciosa! –Reí. Fingiendo modestia.Él soltó esa risa traviesa e infantil. Sus labios rosita estaban brillando de la lubricación que les había dado segundos antes. Yo no pude evitar mirarlos y luego sonrojarme. Me quité de su pecho y me senté, dándole un poco la espalda a sus piernas. Él posó deliberadamente su mano en una de mis rodillas, nuestras miradas se encontraron y se quedaron ahí, mientras a nuestro alrededor se podía sentir esa ligera tensión sexual...
-¿Nunca has sentido que... quieres hacer algo y no puedes? –Divulgué con suavidad.
-Sí.
-Siento como si... quisiera hacer algo que no quiero. Pero quiero hacerlo.
-¿Qué es?Me impresionaba su manera de escucharme... no me arrepentía de haberlo dicho anteriormente, pero... comenzaba a olvidar el factor de querer soltería mientras trabajo... y eso debía hablarlo con alguien... y aunque Harry fuera amigo mío... no podía contarle.
Harry se quedó dormido en cuestión de unas horas. Estaba muy cansado, mucho más que yo. Después de haber almorzado algo de nueces antes de dormir, ambos decidimos dormirnos, pero yo no podía. Así que llamé a Talisha.-¿Hola?
-Tal... -así le decía de cariño- necesito contarte sobre algo.
-Uhh... -Amonestó con un tono burlón y pícaro al tiempo. Me hizo sonreír detrás de la bocina- ¿Hombres?
-Sí.
-¿Harry? –Adivinó.
-Ciertamente acertaste.
-¿Qué ha pasado? –Intrigó.
-Yo... bueno. –Suspiré- ¿Recuerdas cuando te dije que no quería ser novia de Harry? –Caminé al balcón. Ella inmutó un simple eco de afirmación- No sé si... quiera ahora.
-¿Te gusta o no?-¡Sí! Me gusta mucho. –exhalé de nuevo- pero... si quiero abrir mi tienda de ropa, si quiero triunfar por mí sola; él no me estará auxiliando. Quiero conquistar yo sola, darme a conocer con el tiempo. No me quiero aprovechar de él. ¿Sabes? Me gusta muchísimo, posiblemente me esté imaginando algo más y no hay nada. No sé de qué me preocupo. ¿Verdad? –Solté una risita torpe. Por poco sentí que había resuelto todo con la simple conclusión de "No éramos nada. No somos nada. Y no seremos nada"
-Tienes razón en que no son nada, y apruebo tus valores respecto a no colgarte de él. Pero que ridiculez. ¿Sabes qué tienes la atención de un chico que podría estar con quien se le pegue el cuerno? ¿Sabes que tienes enamorado al chico con más de millones de chicas detrás de él? Y fuera de lo material y egocéntrico, ¿Sabes que tienes a un chico al que le importas, detrás de ti? Yo si fuera hombre me hubiera cansado en el segundo mensaje sin responder. Él no se ha cansado. Y puedo apostar que ni siquiera se ha puesto a pensar en un día sin verte. Desde que está enamorado...