-Creí que aún no llegabas. –Dijo Anna.
-Soy puntual. –Respondió ____.
-¿Qué? –Susurré.
Me confundió su diálogo. Caminé hacia ellas e intenté no arruinar nada... solo observaba mientras le servía un vaso de agua a Anna.
-Cada día creo que te mereces ese puesto. –Logré escuchar.
-Te dije que lo haría bien.
___ y Anna estaba hablándose normal... yo sentía que había tensión por algo. Me hacían sentir tan narcisista...
-Traje panecitos, -___ apuntó la caja- para comer algo antes de irnos.
-Yo he traído algo de desayunar. –Rio- vaya, no importa.
Abrió aquella caja, sacando de ahí todo bien acomodado en cartoncillos especializados; Jugos naturales, ensaladas de frutas y panquecillos con miel.
-Están recién hechos... hace unos máximo veinte minutos. –Advirtió Anna- vamos amor, siéntate.
Estaba tan enredado. Mi mente estaba matándome.
-¿Todo está bien? –Me acarició la mano.
-Sí, sí... -Sonreí.
Estaba bien... pero entre comillas.
(...)
Tenía que hablar con Annabelle antes de que se fuera. Pero a mi poco valor, sabría que lo haría cuando estuviéramos en una peor situación.
Estábamos en un salón de eventos de moda, yo, ____ y Anna. Sentados en la misma habitación. Miraba hacia el suelo, no podía hacer contacto con ___ porque mis ojos me delatarían... y no sabría lo que ellos dirían.
Anna nos dejó solos por un momento, ___ miraba hacia mi lado pero no hacia mí. Detrás de mí se encontraba un pequeño armario sin puertas, repleto de ropa y abrigos. Los veía y luego miraba su tableta.
-¿Puedo hacerte dos preguntas? –Aventuré.
-Sí. –Me miró.
-Ella... ¿Ya sabía que estabas en mi departamento?
Dejó su tableta y me miró directo a los ojos.
-Así es. ¿Por qué?
-Porque... creí que te metería en problemas... y yo... también.
-No, créeme que hubiera huido si no fuese porque ella me dijo que nos viésemos ahí.
-Bien.
-¿Y la otra pregunta?
Quería invitarla a salir... sin que pareciera una cita.
-¿Te regresarás esta tarde junto a Anna?
-Sí. ¿Por qué?
-Para ver si... había posibilidad de que fuésemos juntos a una fiesta...
-¿Ah sí? ¿De quién?
Ed Sheeran tendría una fiesta en la cual estaba invitado. No necesitaba ir acompañado, pero quería que fuese ella conmigo. No era en Los Ángeles, sino en Londres... pero quería, insistía y todo mi ser me pedía que ella fuera.
-Ed Sheeran... Un amigo.
-¿El cantante pelirrojo?
-Sí, él. –Sonreí al saber que estaba enterada de él.
-Interesante... ¿Cuándo?
-En... tres semanas. Aproximadamente.
-Claro, te avisaría...
No tenía su número... Anna no me había dejado guardarlo. Nunca me lo prohibió, pero sentía que me lo prohibiría.
-¿Puedo hacerte yo una pregunta? –Dijo ella.
-Sí, claro.
-¿Siempre eres así de dócil? –Levantó sus cejas.
-¿Qué quieres decir?
-Sí, a que... si ella me hubiese visto contigo, ¿a ti te hubiera afectado? Si dices que no son nada...
-No, es que... ella... yo... -Balbucee. Ella rio.
-Lo que pasa es que... -Suspiré- me hace sentir extraño, no... siento que me tenga confianza y menos cuando estás tú.
-¿Y por qué siguen juntos?
Razoné. Pensé. Medité. Era obvio.
Mi silencio le respondió. Miró de nuevo a su Tablet, dejándome en un ambiente incómodo.
(...)
Sus ojos tristes me miraban en el aeropuerto. Estaba preocupándome de que yo ya no sintiera más... y posiblemente ella sí.
-Te extrañaré mucho. –Me dijo entre sollozos chiquillos-
-No llores... -Le pedí.
-Te extrañaré... es eso.
Extendí mis brazos y le abracé... no como hubiese querido. ____ había partido desde hace horas y yo no había podido despedirme ni pedirle su nuevo número, ya que el anterior había sido dado de baja por razones laborales e ideas de Annabelle...
Ella estaba a punto de irse... tenía que decirle que ya no estaba sintiendo nada...
-Anna...