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Cierro los ojos sintiendo el aire fresco mientras estoy acostado en una de las tumbonas de mi casa.

Dejo que el humo salga de mi boca y aprieto mi libreta favorita contra mi pecho.

La abro y busco la página en donde he escrito la última vez.

«El amor se olía en el aire. Muy cursi, lo sé. ¿Pero a quién le importa?

No puedo sacarme de la cabeza a esta muchacha.

Debería de ir algún día con Ethan porque sé que irá a su casa. Podría verla y hablar con ella, pero tal vez me rechace»

Suspiro y voy varias páginas atrás. En ellas hay puras chorradas que escribía antes de conocerla.

En esta libreta escribo todo sobre lo que siento. Esta libreta está llena de mis sentimientos desde que Agatha me la dio hace un año.

Vuelvo de nuevo a donde estaba leyendo y me dispongo a escribir.

«Recuerdo que me dijo que me conocía. Estoy seguro de que me ha visto en la televisión y en internet con esa cara de loco que tengo.

Tocando la guitarra y estando en el suelo tumbado con su amiga a mi lado. Victoria disfrutando y yo, como si fuera un niño pequeño, disfrutando más que los demás miembros de la banda.

¿Me habrá visto bailando y haciendo las locuras más estúpidas?»

—Thomas, me voy —informa Ethan mientras se abrocha mejor su camisa anaranjada—. ¿Quieres que te lleve a algún sitio?

Me quedo pensando.

Dile que quieres ir con él, Thomas.


Camino hacia aquel sitio tan importante para mí. Un lugar en el que se respira mucha tranquilidad.

Entro en el establecimiento y Agatha se gira cuando escucha mis pasos a pesar de haber varios murmullos en la cafetería.

—¡Thomas! —exclama muy contenta y me abraza. Sonrío mientras siento el amor que me da.

—Te estaba echando de menos —digo mientras ella sostiene una de mis manos.

—Eso es mentira, guapetón —dice y río al oírla—. Solo echabas de menos este magnífico lugar, ¿verdad?

—No te enfades... Eso es verdad —bromeo y ambos reímos.

Caminamos hacia la barra y ella sigue hablándome.

—Y dime, ¿qué te pongo? —me pregunta con una sonrisa en los labios.

—Un batido de frutas estaría muy bien.

—¿Frutas al azar? —me pregunta cogiendo varias frutas. Una manzana, un plátano y unas cuantas uvas.

Asiento sonriendo.

Mi móvil vibra y lo cojo. Veo unas cuantas notificaciones de mis redes sociales, pero también un mensaje de Coraline.

«Estamos cerca de una tienda llena de discos. ¿Quieres que te compremos alguno?»

Sé que Coraline se ha ido con Victoria a pasar un tiempo juntas, solo ellas dos, pero aún así, Coraline siempre piensa en todos nosotros.

Me encanta coleccionar discos. En mi habitación hay una estantería llena de vinilos y también de discos.

Siempre los cuido mucho cada vez que limpio la estantería.

Stella |Måneskin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora