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—Sí, nuestra casa es preciosa —dice Stella muy contenta hablando con Victoria.

—Me encantaría ir algún día —mi amiga sonríe muy feliz y nos ve con ternura.

Estamos sentados delante del matrimonio. Una de mis manos sostiene la mano de mi novia y la otra acaricia su pierna.

Coraline sonríe feliz viéndonos y ve muchas veces la gran barriga de Stella.

No sé cuántas veces le ha preguntado cuándo va a nacer el bebé.

Stella se echó a reír varias veces y le dijo que nacerá muy pronto.

Victoria, en cambio, ha cambiado el tema de conversación hablando de viajes, golosinas y de bailes.

Nos lo estamos pasando muy bien.

Nuestros amigos no están en casa y Graziella está en su habitación jugando con varios coches de juguete.

—Cuando fuimos a Francia con Graziella, unos chicos le enseñaron a montar en patinete eléctrico y nuestra hija casi lo robó porque se escapó muy lejos —explica Victoria.

Todos nos reímos.

Siento como mi mano se moja poco a poco.

Los leggings grises de Stella se mojan y cambian de color.

Stella para de reírse y mira mi cara de asustado. Luego ve sus muslos.

Las chicas se dan cuenta de lo que ha pasado.

—Has roto aguas, Stella —dice Victoria muy tranquila.

Coraline se levanta del sofá y camina de un lado al otro.

—Lo siento —dice mi novia levantándose rápido—. He manchado el sofá. Lo siento mucho.

Victoria niega con una sonrisa.

¡En menos de 24 horas nacerá mi pequeña Felice!

Sonrío mucho y controlo mis lágrimas.

—No te preocupes por el sofá —dice mi amiga rubia—. ¿Cómo te encuentras?

—Estoy bien —dice Stella sonriendo y me mira.

Se lleva las manos a sus labios y veo varias lágrimas en sus mejillas.

—¡Viene Felice! —dice muy feliz y me abraza, pero una contracción aparece y comienza a controlar su respiración.

Sonrío feliz mientras acaricio su espalda.

Pero no hay tranquilidad en el ambiente.

—¡Estás de parto! —exclama Coraline—. ¡Vamos al hospital!

Victoria ríe y sienta a su mujer a su lado.

—Cálmate, Coral. Deben pasar horas para que nazca —dice la rubia.


Han pasado nueve horas entre contracciones y sonrisas.

Stella se ha dado una ducha y yo he estado con ella para ayudarla en cualquier cosa.

Después, ha caminado tanto en el interior como en el exterior de la casa. Se ha sentado en la pelota grande moviendo su cuerpo con las piernas abiertas.

Ha comido algo ligero y ha bailado con Graziella.

Lleva nueve horas de parto y las contracciones han aumentado, pero se siente bien, o eso es lo que dice.

Damiano, Dante y Ethan han vuelto hace unas horas y los tres le han dado mucho cariño a Stella.

Damiano ha cantado canciones muy tranquilas haciendo sonreír a mi novia mientras le acariciaba el pelo.

Stella |Måneskin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora