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Beso la cabeza de Stella cuando estamos en la furgoneta de vuelta a casa.

Alguno de nuestros amigos están haciendo fiesta en el vehículo entre gritos y aplausos, como por ejemplo Victoria, Coraline y Damiano.

Otros están callados mirando a todo el mundo. Somos Dante y yo.

Y otros están en su mundo o están muy cansados. Son Ethan y Stella.

Tomo la mano de mi novia y la acaricio.

Coloco una chaqueta en nuestro regazo y acaricio su vientre a escondidas. Nadie puede ver lo que hago ni ven el movimiento lento de mi mano.

Stella me ve con una sonrisa y besa mis labios.

Río un poco y se acurruca en mi pecho. Vuelvo a besar su cabeza y escucho los gritos de Victoria y de Damiano.

—Tienes que seguir besando a todo el mundo —dice mi amiga entre risas y Damiano rueda los ojos riendo.

Se levanta del asiento y hace twerking casi delante de la cara de Coraline.

Río al ver la escena.

La pelirroja se asusta un poco y le da golpes en el trasero a Damiano en ambas nalgas con sus manos.

Él grita y se cae al suelo, cerca de Ethan.

El del pelo largo ve a nuestro amigo y alza una mano para que Damiano la coja.

Mi amigo la ignora, pero coge su muñeca para tirar de ella. Ethan cae encima de él y Damiano abraza a nuestro amigo.

Todos nos reímos al ver la escena.

Mientras, Ethan intenta levantarse, pero no puede.

—¡Como tengamos un accidente, nos vamos a morir por tu culpa! —le grita Ethan muy molesto y le da golpes en los hombros a Damiano.

El del pelo más corto se ríe y esconde su rostro en el cuello de Ethan una vez que rueda en el suelo y se coloca encima de nuestro amigo.

Dante mira a su novio entre risas.

Stella se mueve un poco y la veo, está durmiendo.

Aún queda camino para llegar a casa.


Acuesto a Stella en mi cama y ella me mira con una sonrisa.

Le he quitado el vestido y ahora solo lleva un camisón muy bonito de color rosa y blanco.

Levanto un poco su prenda y beso su vientre.

Ella ríe al verme y entierra sus dedos en mi pelo. Lo acaricia y me da un masaje en la cabeza con una mano.

—Tengo muchas ganas de ver a nuestro bebé —digo y sonrío viendo su vientre. Vuelvo a dejar un beso en este y ella ríe.

Su risa es muy dulce.

—Tienes que esperar ocho meses más —me informa y lloriqueo sin derramar ninguna lágrima.

Esto le hace gracia y comienza a reírse.

Gateo hacia donde está y beso sus labios riéndome.

Bajo su camisón y rodeo su cuerpo con un brazo.


Stella

Ha pasado un mes y allí nos encontramos delante de mi casa.

Mis padres están aquí. Tengo que contar la noticia.

—Tranquila —dice Thomas mientras acaricia mi mano. Me da un beso en la mejilla y sonrío.

Stella |Måneskin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora