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Stella

Me acurruco en el pecho de Thomas. Siento sus manos acariciando mi pelo, también acarician mi cintura.

Mis piernas están sobre el sofá y sus pies están en el suelo.

Vemos la película que acabamos de poner, pero no nos está gustando nada. Así que empezamos una serie juntos. Lucifer.

Miro al chico que amo y estoy a punto de besar su mejilla, pero él gira la cabeza rápido y sus labios chocan con los míos.

Ha sido apropósito.

Sonrío por lo que acaba de hacer y nos besamos. Acaricio su cuello y su mano se mueve por mi cintura. Siento que baja un poco más.

Paro el beso y me encuentro con su sonrisa.

—Te quiero mucho. Espero que no te aburres de mí estos días —digo sonriendo y él se ríe.

—Amo estar contigo Stella. Este es nuestro primer día juntos de estos casi quince días juntos.

Sonrío y asiento.

Vuelvo a besarlo y me incorporo un poco para besarlo mejor.

Dante y Ethan se han ido hace unas dos horas de viaje. Se irán a Inglaterra para estar un tiempo juntos y visitar la ciudad en donde van a estar todo ese tiempo, casi quince días.

Coraline y Victoria se han ido ha España y sé que mi móvil tendrá muchos mensajes de la pelirroja actualizándome sobre todo lo que pasa allí.

Mis padres están de viaje por trabajo y no vendrán pronto.

Así que es perfecto pasar todos estos días con Thomas.

Thomas ha querido dormir conmigo desde hace mucho tiempo, pero nunca hemos dormido juntos porque mis padres estaban en casa casi siempre. Y él no quiere caerles mal porque solo acude a mi casa para dormir conmigo.

Así que hoy es nuestro primer día. Nuestro primer día durmiendo juntos.

Separo nuestros labios y me levanto del asiento. Me mira confuso y camino rápido hacia la cocina.

Abro un cajón de la nevera y saco un vino blanco. Cojo dos copas y vuelvo al salón.

Thomas ha parado la serie y ahora me mira.

Deposito las cosas en un pequeño taburete y sirvo la bebida.

—¿Quieres emborracharme? —me pregunta y río al oírlo.

—Solo traje esto para disfrutar algo más de la noche. ¿Es malo?

Niega y alza una mano, pidiéndome que le de una copa. Se la entrego y bebe feliz.

Pasa la lengua por su labio superior y sonríe.

Bebo un poco y sigo viéndolo en silencio.

Se lleva la copa a los labios de nuevo y no aparto la mirada de él.

¿Qué te ocurre, Stella?

¿Por qué no paras de mirarlo?

Sin darme cuenta, mi labio inferior queda atrapado entre mis dientes mientras miro a Thomas.

Él me mira y sonríe. Pero esa sonrisa es distinta, ¿algo pícara?

—¿Puedo hacer algo? —pregunta y asiento. Ambos dejamos las copas en el taburete y me acerco a él.

Da varios golpecitos al sofá para que me siente.

Así lo hago.

Se acerca más a mí y una de sus manos se coloca en mi mejilla controlando los movimientos de mi cabeza porque sus dedos se encuentran en mi nuca.

Stella |Måneskin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora