Stella
Abro mis ojos y veo las sábanas muy movidas.
Veo debajo de estas.
Mi cuerpo está desnudo.
A mi lado no hay nadie.
¿Dónde se ha metido?
Veo la hora en el reloj de su antigua habitación.
Las ocho de la mañana y aún no ha vuelto de trabajar.
—¿Dónde está este hombre? —susurro intentando no despertar a Felice, la cual está durmiendo en una cuna que ha comprado Victoria para que se quede en su casa.
La cuna estaba en la habitación de Graziella, pero Felice empezó a llorar y la pequeña de ya siete años vino con la cuna a la habitación de Thomas para que me encargase de mi hija.
Me dijo que intentó tranquilizarla, pero no pudo hacerlo.
Sonreí en ese momento y se fue de la habitación sabiendo que estaba desnuda debajo de las sábanas.
Luego me encargué de mi hija yo sola porque Thomas estaba trabajando como todas las noches.
Acosté a mi pequeña en la cama y nos dormimos juntas. Después me desperté y la acosté en su cuna.
Recuerdo lo que pasó antes de las diez de la noche.
Todo estaba en silencio y Thomas estaba un tanto juguetón, ya lo estaba desde que me tumbé con él y con Felice en el césped.
Su mano bajaba hasta mi trasero y supe qué quería.
Así que, ya Felice durmiendo en la habitación de Graziella, me besó el cuello y cerró la puerta con pestillo.
Me choqué con una estantería y ambos nos reímos.
Sentíamos mucha paz en ese momento.
Hace ya una semana que no hemos hecho absolutamente nada porque Felice tenía problemas para dormir. Se ponía a llorar y no podíamos hacer nada.
Me quitó el vestido rápido tumbándome luego en la cama. Me dio un cojín y lo coloqué en mi rostro.
Sabía qué iba a hacer.
Sentí como separó mis piernas y empezó a besarme por encima de mis bragas mientras pasaba un dedo por estas.
Mordí mi labio inferior sintiéndolo.
Acabamos moviéndonos en su cama. Ambos desnudos.
—No te tapes más, hermosa —me dijo apartando el cojín tirándolo a algún lado de su antigua habitación. Me miró y sonrió un poco cuando de mi boca salió un ah al sentir como me embestía de nuevo—. Eso es, mi vida. ¿Te doy placer?
Asentí y salió otro ah.
Sus manos se colocaron en mis caderas y nos hizo rodar en la cama quedando yo encima de él.
Inmediatamente, mis manos se colocaron en mi pelo y me moví de delante hacia atrás.
Lo estaba matando de placer.
Su rostro mostró una expresión de puro placer y gimió un poco.
En aquella casa habían seis personas. Ocho personas contándonos a nosotros.
Y todo estaba en silencio.
Me aseguró que no se escucharía nada, pero no me lo creí porque recordé las pocas veces que acudía a su antigua casa para dormir abrazados y escuchábamos a mi hermano con su novio.
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Stella |Måneskin|
FanfictionThomas Raggi fanfic Stella siempre tuvo un sueño. Ser feliz y casarse con su alma gemela. Thomas, un chico bastante loco cuando tiene confianza con la gente, nunca pensó que encontraría el amor. ---- 3º PARTE DE LA HISTORIA CORAL