Su pelo rubio se mueve bajo el agua cuando la veo bucear.
Sonrío desde donde estoy, viéndola.
Es una sirena bajo el agua.
Las gotas caen por su cuello hasta llegar a su escote.
El bikini blanco se acomoda perfectamente a su cuerpo de diosa.
Me recuerda mucho a los dibujos que la gente hace de Afrodita.
Esa diosa hermosa y la diosa del amor.
Stella es preciosa y siempre me ha tenido enamorado desde la primera vez que la vi en aquella fiesta.
Me encanta su cuerpo aunque a su lado soy un palillo delgado y alto. Esto me hace mucha gracia.
Ella siempre me abraza con mucha ternura cuando se lo recuerdo.
Está feliz conmigo. Bueno, feliz a secas no.
Está muy feliz.
Sale del lago. Su cuerpo está mojado y las gotas ruedan por su piel.
Sus pies pisan la hierba pequeña mientras toca su pelo cerrando un poco los ojos por culpa del sol.
Aprovecho el momento para llenar mi móvil de fotos.
Le saco numerosas fotos mientras camina hacia mí.
Ríe ocultando su rostro en sus manos.
Su sonrisa es preciosa.
Corre hacia las toallas.
Tiemblo por muy pocos segundos sintiendo su cuerpo frío cuando se abalanza encima de mí. Mojando mi móvil, pero no me importa.
Sonríe muy feliz cuando abrazo su cuerpo.
—Podrías quitarte la parte de arriba —digo y su respuesta es una risa muy sonora que me hace sonreír mucho—. No hay nadie. Solo estoy yo.
Con su ayuda ya no soy el desgraciado que era hace unos meses. Me ha ayudado en todo y ahora no para de estar a mi lado.
No me molesta estar con ella.
Lo que pasa es que me molesta que no podamos estar juntos todos los días.
La banda me necesita.
¿Qué haría Måneskin sin su guitarrista?
Mis dedos acarician su piel hasta que grita cuando siente mi mano casi dentro de la parte de arriba de su bikini, tocando uno de sus pechos.
Sí, yo, el señorito Raggi, metiendo mano.
—¡Thomas! —exclama riendo.
—Quiero jugar. Le dejas jugar más a Felice que a mí. Eso me parece muy mal, ¿lo sabías? —digo dramatizando.
—Ella es pequeñita y le encanta estirar mis camisetas para esconderse debajo de ellas. Su cara siempre está entre mis pechos mientras ríe escondiéndose de cualquier persona.
Me quedo pensando al oír lo que me dice.
Recuerdo ver a mi pequeña escondiéndose debajo de la camiseta de Stella cuando estábamos viendo una película, según ella, de miedo, pero de dibujos.
Nunca le ha gustado Toy Story porque tiene miedo de que sus juguetes aparezcan caminando algún día por el pasillo de nuestra casa.
Nadie puede bromear sobre esto porque todo acabará mal.
Felice acabará llorando asustada y no podrá dormir bien. Y la persona que ha dicho algo, recibirá las malas miradas de los demás.
Y eso no es nada bueno. No lo recomiendo.
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Stella |Måneskin|
FanfictionThomas Raggi fanfic Stella siempre tuvo un sueño. Ser feliz y casarse con su alma gemela. Thomas, un chico bastante loco cuando tiene confianza con la gente, nunca pensó que encontraría el amor. ---- 3º PARTE DE LA HISTORIA CORAL