Nunca me había imaginado lo que ocurrió aquel día cuando Dante llamó a su hermana.
Nunca imaginé lo que vendría después de ese acontecimiento.
Las lágrimas caen por mis mejillas cuando veo a Victoria y a Ethan en el pasillo del hospital.
Están llorando.
Me acerco a ellos y me abrazan a la vez.
Victoria, la chica que es como una hermana para mí, me da besos en las mejillas. Supongo que es para tranquilizarme.
No puedo tranquilizarme.
—Está mucho mejor que ayer —dice Ethan y asiento dándole las gracias por informarme.
Dante aparece con dos vasos de cartón con alguna bebida caliente.
Le entrega uno a Ethan después de saludarme. El chico de pelo largo sonríe un poco.
La pareja se acerca más para estar juntos y Dante se encarga de acariciar la espalda y el pelo de Ethan.
Mientras, Victoria abraza a Dante desde atrás y el chico le da besos en la cabeza.
Entro en la habitación y encuentro a Damiano con el móvil en las manos.
Cuando me ve, alza una de sus manos para que me acerque a la camilla.
Me acerco y ambos lloramos cuando estamos cerca del otro.
—No te puedo perder. Eres mi gilipollas que quiero mucho aunque me ponga nervioso —digo y él ríe al oírme.
—No me perderás. Necesito hacerlo.
—Quédate —le pido y él niega—. Damiano, te necesitamos.
—Lo único que tenéis que hacer es cuidaros entre todos y cualquier cosa irá bien. Sois una familia numerosa —dice intentando no llorar de nuevo.
—Estás dentro de esta familia, Damiano. No seas imbécil.
Sonríe un poco y acaricia mi pelo rubio con cariño.
—Podréis estar bien sin mí. Te lo aseguro, rubio —sonrío muy poco al oírlo—. Tengo que irme.
Toca su rostro y mira hacia arriba para no poder llorar.
—Tengo mucho miedo. No quiero quedarme en Italia. Mi familia quiere irse, me obligan a irme y me iré porque estoy aterrorizado. Y sé que si me quedo un poco más, me matará de verdad.
Se sienta en la camilla y se queja de dolor cerrando los ojos.
La puerta se abre y aparece Jacopo con una mochila.
Me mira y se me parte el corazón al ver sus ojos rojos y sus grandes ojeras.
Se acerca a su hermano después de saludarme con un simple y triste hola.
Me alejo un poco y veo como el hermano mayor empieza a ayudarle a Damiano a vestirse con la ropa que traía en la mochila.
Puedo escuchar las quejas de Damiano.
No está bien para irse del país.
La herida es muy reciente.
—Joder, no te ha hecho efecto la medicación —se queja Jacopo cuando ve a su hermano llorar entre quejas. Las manos de mi amigo están en las caderas de su hermano.
—Ya me hará efecto. Vámonos de aquí.
Aquellas palabras se quedan clavadas en mi corazón y en mi alma.
Se quiere ir de verdad.
No quiere estar aquí.
Se levanta de la cama con ayuda de Jacopo y se agarra a él.
El mayor acerca la silla de ruedas y sienta al chico.
Le da un beso en la frente y se coloca detrás de la silla para poder moverla hacia la salida de la habitación.
—Damiano —digo llorando—. Damiano, quédate.
Mi amigo me ve y seca una lágrima antes de coger mi mano.
—Te quiero mucho, Thomas. Cuídate.
Ese fue el último momento que estuve con Damiano.
Todo me pareció extraño porque los hermanos David no se insultaron.
Además, me pareció extraño que Damiano se fuera así sin más.
No había pasado ni una semana de lo ocurrido y ya se iba del país.
Esto me destrozó totalmente.
Mis días se volvieron oscuros.
Ya no salía el sol.
Y no se lo dije a nadie.
Lo guardé todo para mí.
No abrí la boca.
•••
****
Holaa.
Y llegamos a una de las partes más tristes de esta saga... No os imagináis lo duro que se me hizo escribir esa escena en Dante.
Lloré y lo pasé mal.
Te odiamos tanto, maldito Nelson.
Y Damiano se va ahora... Lloro de nuevo.
Espero que os haya gustado este capítulo triste.
¡Nos vemos!
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Stella |Måneskin|
Fiksi PenggemarThomas Raggi fanfic Stella siempre tuvo un sueño. Ser feliz y casarse con su alma gemela. Thomas, un chico bastante loco cuando tiene confianza con la gente, nunca pensó que encontraría el amor. ---- 3º PARTE DE LA HISTORIA CORAL