06

649 44 47
                                    

Stella

Muevo una de mis fichas amarillas del parchís y aplaudo muy feliz al ver que acabo de eliminar un soldadito azul a Coraline.

—¡Es injusto! —se queja y me río al ver su rostro. Se cruza de brazos y Dante le da un beso en la mejilla.

—Tranquila, Coraline —dice mi hermano con amabilidad—. Mi hermana es así y le encanta ganar. Es muy competitiva aunque no lo parezca.

Sonrío orgullosa y los tres movemos nuestras fichas.

Estoy muy feliz de estar con mi hermano y ahora con mi mejor amiga. Estamos en mi casa, en la pequeña terraza que tenemos. Hace un poco de frío, pero nuestras chaquetas ligeras nos protegen de esta temperatura.

Mañana Coraline se irá a España con Victoria para conocer a su familia y no os podéis imaginar lo ilusionada y contenta que está mi amiga. Tiene muchísimas ganas de ver a su familia española, la única familia que es normal y que es buena.

Ahora mi trabajo es calmarla porque se siente nerviosa y tiene miedo de que se encuentre mal en el avión por los nervios.

Muevo mi ficha seis veces y esta, por fin, entra en casa con las otras dos.

Me levanto de la silla y comienzo a bailar contenta porque estoy a punto de ganar.

La mirada de mi hermano no para de verme y, además, intenta no reírse al ver a su hermana loca bailando.

Doy una vuelta mientras muevo mi cuerpo y, cuando me doy cuenta, veo a Thomas mirándome. Ethan está a su lado.

El chico que me gusta sonríe y me saluda con una mano.

Sonrío un tanto avergonzada.

—Hola, mi amor —dice Dante cuando ve a Ethan. Su novio se acerca a él y besa los labios de mi hermano repetidas veces. Cada uno de sus besos dura un segundo.

—¿Qué tal has estado? —le pregunta Ethan con una sonrisa cuando se sienta al lado de mi hermano—. Hace frío. Ponte una chaqueta más gruesa, por favor.

—Sí, mamá —dice Thomas con una voz graciosa metiéndose en la conversación de la pareja. Ethan mira a su amigo de mala manera y le da la espalda.

La partida acaba rápido y presencio a los dos tortolitos sentados juntos. Ambos se susurran cosas, sonríen y ríen.

Dante acaricia el cabello de Ethan y este último no para de sonreír.

—Cada día estás más hermoso —escucho como dice Ethan. Mi hermano sonríe y acerca a su novio un poquito más hacia él. Acaricia una de sus mejillas, para luego dejar besos desde la nariz, pasando por las mejillas hasta llegar a sus labios.

—Que sepáis que la cama de Dante está completamente libre —dice Thomas un tanto molesto. La pareja ve al chico y yo me río.

Ethan susurra vaffanculo y Dante se ríe. Sus labios se encuentran de nuevo.

Coraline mueve el dado de un lado al otro pasándolo por sus manos. Se encuentra con mi mirada y sonríe de manera pícara.

—Vámonos a la cama, hermosa mía —dice y pasa una mano por sus pechos. Echa la cabeza hacia atrás mordiendo su labio inferior. Río y sigo con su juego.

—Te voy a hacer sentir tan bien. Solo abre tus piernas y déjame ver tu maravilla —digo e imito un pequeño gemido.

Thomas escupe el agua y tose un poco. Lo veo rápidamente y río al ver su reacción.

—¿Te gustan las chicas? —me pregunta y sonrío. Paso la lengua por mi labio superior mirándolo.

Stella, ¿qué estás haciendo?

Stella |Måneskin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora