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Stella

Mis lágrimas mojan mis mejillas mientras sostengo a mi pequeña hija.

Acaricio su cabeza sin ni siquiera mirarla.

Solo puedo ver a Jorge.

No me esperaba nada de esto.

Ha pasado por mucho y sigue luchando todos los días a pesar de su pasado.

A pesar de las muertes de su hija y de su novia.

Siento uno de sus dedos acariciando mi mejilla, secando mis lágrimas.

En su rostro hay una pequeña sonrisa.

—Es lo que nos da la vida. A mí me tocaron cosas malas —comenta—. Pero supe seguir adelante y cambié por completo lo que estaba estudiando en aquel entonces. Abandoné la carrera de ingeniería para empezar la de medicina.

Hace una pausa sin parar de verme.

Mis ojos no se alejan de su mirada mientras sigo llorando en silencio.

—Quería ayudar a los recién nacidos —continúa hablando—. Así que me puse con ello. Ahora soy pediatra neonatólogo, es decir, me encargo de estar ahí para asegurarme de que el nacimiento ha ido bien y estoy ahí para los bebés durante su primer mes de vida.

Sonríe y acaricia el bracito de mi hija.

—Como por ejemplo Felice —dice mientras mi hija ya está durmiendo con casi toda mi areola en su boca.

Miro a este hombre y ríe un poco al verme. De nuevo seca mis lágrimas.

—Eres increíble, Jorge. Te admiro mucho. Eres muy fuerte —digo entre lágrimas y él sonríe sin parar, pero aún así, veo algunas lágrimas en sus ojos.


Una vez que he dejado a Felice en la cuna después de cambiarle el pañal, Jorge y yo vamos al salón.

Allí nos encontramos a Thomas durmiendo en el sofá.

Sonrío al verlo y cojo una manta turquesa. Tapo su cuerpo y le doy un beso en la frente.

—Me gusta como tratas a tu familia —dice Jorge detrás de mí. Me giro y sonrío de nuevo.

—Quiero mucho a los dos. Me encanta cuidarlos.

Sonríe y caminamos hacia la cocina.

Me sirvo agua en un vaso y bebo un poco mientras veo a Jorge.

Se ha sentado en un taburete cerca de la encimera.

—Eso es muy bonito, Stella. Me encantaría tener una mujer como tú.

Río pensando que no soy para tanto.

Solo quiero y cuido a mis seres queridos. Thomas y Felice son mi familia y me siento muy feliz al estar con ellos.

—Bueno, no es para tanto, Jorge —digo algo sonrojada.

Él sonríe.

—¿Tienes familia en la actualidad? —le pregunto y trago saliva—. No hace falta que respondas si no quieres.

—Sí, tengo familia. Me he casado hace un año con Gloria y tiene un hijo, el cual viene a nuestra casa a veces —dice y ve sus manos.

—¿Todo bien con su hijo?

Mueve un poco la cabeza y las manos, mostrando que no todo va bien.

—Es un tanto complicado. Tengo que controlarme bastante para no hablar diciendo cosas bordes, las cuales son totalmente sinceras —suspira un tanto molesto y mueve sus manos—. Al fin y al cabo no soy su padre así que no tengo ningún derecho a hablarle como si fuera su padre.

Asiento y decido cambiar de tema.

Hablamos sobre su trabajo, los bebés y nuestras series favoritas con una copa de vino en la mano.

Charlamos entre risas y sonrisas.

No me puedo creer que este hombre pudiera seguir adelante después de todo lo que le pasó con la familia que estaba creando.

Jorge es muy fuerte. Es un ejemplo a seguir.

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¡Hola!

Sigo viva intentando escribir cuando puedo.

Por aquí os dejo este capítulo y, además, os quedáis con esa intriga de quién puede ser la actual familia de Jorge.

Ya os digo que este hombre va a ser muy importante en la trama de esta saga.

¿Qué pasará ahora en el libro cuando aparezca Jorge?

Que, por cierto, no sé si soy solo yo o también os da la sensación de que pasará algo entre él y Stella.

No sé, llamadme loca JAJAJA.

Espero que os haya gustado este capítulo.

Muchas gracias por seguir apoyándome y por mandarme mensajes en Instagram.

Adoro leer vuestros mensajitos.

¡Nos vemos!

Stella |Måneskin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora