Mikey
— Gracias, muñeca — abrí los ojos mirando a la enfermera que estaba frente a mí.
— Oh, Dios mío — dijo, tras pegar un brinco. Se tocó el pecho asustada. La miré con una ceja alzada, examinándola de arriba abajo. Tenía un hermoso pelo largo, castaño y rizado, recogido en una coleta alta. Una piel morena preciosa y una figura que se mercaba bajo ese horrible uniforme. Su rostro era como el de una niña, con unos ojos grandes, realmente cautivadores.
Puff...
— ¿Qué miras? — me miró extrañada, con esos dos hermosos granos de café en sus ojos. Sus mejillas se teñían de un color anaranjado suave.
— ¿No puedo mirarte? — me crucé de brazos, apoyando mi espalda contra la almohada que tenía detrás, mirándola de forma inexpresiva.
— No es eso, es que me pone nerviosa — apartó la mirada de la mía y volvió a mirar la carpeta. Hasta aquí pude notar su timidez, su dulzura. Sentía que la había visto en otro lugar, pero no sabía donde.
— ¿Crees que soy joven para ser empresario? — la miré en todo momento, esperando con ansias que sus ojos se volvieran a cruzar con los míos.
— Emm... bueno, en mi humilde opinión, yo pienso que sí — asintió cerrando los ojos por un momento— Un poco bastante — me volvió a mirar.
— Bueno, tú eres enfermera y te ves de 13 años — la miré seriamente, con los brazos cruzados.
Su rostro se nubló por mi respuesta, dejando atrás esa dulzura por un rostro lleno de enfado.
— ¿Perdón, cómo que 13 años? Tengo 20 — me miró, dejando la carpeta en la mesa un poco mosqueada.
— No es mi culpa que tengas cuerpo de niña de 13.
— Gilipollas — dijo en un bajo susurro, apretando su mandíbula.
— ¿Perdón? — arqué mis cejas haciendo que no había escuchado bien.
— Mire lo que le voy a decir, no le permito que opine de mi cuerpo, ¿entendido? — me miró con el rostro rojo de enojo.
— Tú opinaste de mi edad y yo no me quejé.
— Porque tú me lo preguntaste primero, ignorante de mier...
Antes de que terminara su frase, entra Nelson junto a otra enfermera.
— ¿Ocurre algo, Antonella? — preguntó la enfermera mirando a la morenita.
Así que Antonella...
— No, Anastasia — sonrió forzadamente mirándome — Solo le estaba haciendo algunas preguntas.
— Ok — sonrió — Bueno, nosotras nos retiramos, en un rato volvemos — salieron las dos del cuarto. Antes de cerrar la puerta nuestros ojos se encontraron de nuevo.
He de decir que solo dije lo de los 13 años para molestarla, porque ese cuerpo no tiene nada de niña, sino al contrario, tiene el cuerpo de una mujer.
— Oye, Mikey, ¿estás bien? — me preguntó Nelson, sacándome de mis pensamientos.
— Sí, tranquilo, estoy bien. Mañana estaré como nuevo — me estiré un poco, sentándome correctamente.
— Eso ya lo sé — se sentó en uno de los sillones de la habitación, cruzándose de piernas — Alonso se esca...
— No me hables de esa mierda.
Flashback
— ¡Quiero mi puto dinero ya! — gritó Alonso, hecho una furia.
— No te voy a pagar nada — contestó el que negociaba con él.

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Adicto amor [#1]
Roman d'amourAntonella Presly una chica responsable y amable, con un sueño que seguir y conseguir se encuentra con Mikey Grace, un gran empresario el cual tiene una vida ajetreada con el tema de contrabando de armas y dinero. Un amor lleno de pasión y poder...