Mikey
Me levanté del sofá con un dolor indescriptible en mis extremidades, como si me hubiera pasado un coche por encima, o incluso algo peor. Miré a Antonella dormir plácidamente en la cama. Claro, como no.
Fui al baño para darme una buena ducha, con la esperanza de que aliviara mi dolor muscular, pero no, el maldito dolor seguía ahí. Salí del baño ya vestido con unos pantalones negros y una camiseta gris de manga corta.
— Buenos días — dijo Antonella en un suave susurro, incorporándose en la cama.
— Hola — respondí con seriedad. En realidad, me había molestado un poco; no me gustaba que me tomaran el pelo.
— ¿Dormiste bien? — preguntó con un tono burlón mientras me miraba.
— De maravilla — respondí sin añadir nada más. No quería hablar en esos momentos.
Entré al despacho, donde atendí diversos asuntos relacionados con los cargamentos y Alonso. Tenía que ver qué podía hacer con él.
— Buon giorno — dijo Nelson al entrar con una taza de café en la mano.
— Buenos días — respondí sin apartar la vista de la carpeta que tenía delante.
— ¿Qué tal va todo? — preguntó mientras miraba lo que estaba observando detenidamente.
— Alonso no ha actuado de forma sospechosa en los últimos días. El hachís llegó en perfecto estado a Rusia.
— ¿Y si en realidad Alonso no está detrás de todo esto? Tal vez no quiere lastimarnos.
— Por si acaso, es mejor ir con pies de plomo. Me huele mal todo lo que hace.
— Entendido — dijo mientras se sentaba en el sillón frente al escritorio. — ¿Crees que es buena idea hacer una fiesta en la playa cuando tienes tus sospechas?
— Tranquilo, no hará nada. Ni él ni nadie — respondí con seguridad.
— ¿Cómo lo sabes? — preguntó, dando un pequeño sorbo a su bebida.
— Primero, todo está muy bien cubierto por guardias. Segundo, Alonso no está en Italia. Tercero, no se atrevería a disparar sin más, y por último, es un cobarde.
— Tienes razón — dijo, soltando una carcajada.
— Recuerda que pasado mañana empezaremos con la sacudida. Debemos limpiar el terreno.
— Sí, mañana terminarán de explotar el terreno para ver si hay alguien vigilando.
— Seguro que sí. Alonso nunca dejaría una de sus bodegas vacías.
— Exacto. Bueno, en resumidas cuentas, pasado mañana iremos a las bodegas de Alonso para ver qué cargamentos de contrabando está llevando a cabo.
— Así es — dije, agitando el bolígrafo en mi mano.
— Ok, por favor ponte el chaleco antibalas. Siempre eres tú el que recibe los tiros — dijo Pluto, riendo.
— Muy gracioso. Para la próxima, te pongo a ti en medio — respondí con seriedad.
— No, gracias — dijo, levantándose del sillón.
— ¿La vieja se ha levantado? — pregunté.
— Sí, está con Camila preparándose para lo del club en la playa.
— Perfecto — dije, levantándome de la silla y saliendo del despacho junto a Nelson.
— Ah, y Mikey , ya llegaron los amigos de Antonella. Están hospedados en un hotel.
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Adicto amor [#1]
RomanceAntonella Presly una chica responsable y amable, con un sueño que seguir y conseguir se encuentra con Mikey Grace, un gran empresario el cual tiene una vida ajetreada con el tema de contrabando de armas y dinero. Un amor lleno de pasión y poder...
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