Antonella
Una semana después.
Era viernes por la tarde y ya habíamos regresado de la cabaña. Mikey me había dicho que Margarita vendría hoy, así que me encontraba junto a Camila en la cocina, ultimando los detalles de la comida.
— ¿Crees que le gustará? — pregunté, nerviosa, mientras observaba las albóndigas que acabábamos de preparar.
— Claro, tía. Relájate un poco, que pareces a punto de desmayarte — respondió Camila, riendo mientras me daba una palmadita en la espalda.
— Es que quiero que todo salga perfecto — sonreí, tratando de calmar mis nervios. Me hacía mucha ilusión conocer a las personas importantes para Mikey, ya que eso me demostraba que estaba ganando un lugar especial en su vida.
— Ya llegaron — escuché la voz de Pluto desde la entrada.
Sentí cómo los nervios se apoderaban de mí, y mi estómago comenzó a revolverse. Me miré de arriba abajo para asegurarme de que mi atuendo era adecuado: un vestido azul marino con mangas farol, un escote fruncido y unas zapatillas blancas.
Tal vez es demasiado formal o, por el contrario, muy informal, pensé para mí misma, sintiendo una mezcla de ansiedad y emoción.
— Tierra a Antonella, ¿me recibes? — Camila pasó su mano frente a mi rostro para sacarme de mis pensamientos.
— Eh... — la miré, algo desorientada.
— Tía, ¿estás bien? — preguntó, cruzándose de brazos con una expresión de preocupación.
— Sí, sí — asentí rápidamente — Mejor llevaré esto a la mesa. — Cogí la bandeja de albóndigas y me dirigí al comedor, donde estaban Mikey, Nelson y una mujer que supuse era Margarita.
— Mira, vieja, ella es Antonella — dijo Mikey señalándome. La mujer me observó con una amplia sonrisa. Era bastante guapa; su rostro tenía algunas arrugas que denotaban su experiencia, pero sin perder su elegancia. Su cabello castaño estaba recogido en un moño, y sus ojos café, aunque más claros que los míos, reflejaban calidez.
— Hola, señora, un gusto conocerla — dije, dejando la bandeja en la mesa y acercándome con algo de timidez para darle dos besos en las mejillas.
— Llámame Margarita, preciosa — me respondió con una sonrisa amable, aceptando los besos.
— Está bien, Margarita — dije, intentando sonreír a pesar de mis nervios. Me sentía tan ansiosa que pensé que me iba a dar diarrea. Mikey notó mi inquietud y tomó mi mano para tranquilizarme.
— ¿Ya está todo listo? — me preguntó con esos ojos azul cielo que siempre me volvían loca.
— Emm... sí, ya está todo listo — le respondí con una sonrisa, tratando de transmitir seguridad.
— Perfecto, pues a comer — comentó Nelson, mirando la comida con evidente apetito.
— Hambriento como siempre — dijo Camila, entrando con las bebidas. Nelson la fulminó con la mirada. — ¡Tataaaa! — exclamó Camila, abrazando a Margarita con entusiasmo.
— Mi niña, cuánto has crecido — dijo Margarita, besándome en la frente — ¿Ya tienes novio?
— ¡Qué, no! — respondió, notando que se ponía algo nerviosa — Mejor vamos a comer, venga.
Nos sentamos todos a la mesa, nos servimos y comimos tranquilamente mientras charlábamos.
— Estuvo exquisito, querida — me dijo la señora Margarita con una sonrisa.
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Adicto amor [#1]
Roman d'amourAntonella Presly una chica responsable y amable, con un sueño que seguir y conseguir se encuentra con Mikey Grace, un gran empresario el cual tiene una vida ajetreada con el tema de contrabando de armas y dinero. Un amor lleno de pasión y poder...