Capítulo 24. Alguien para ti.

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Tenía un mal presentimiento.

No supe si fue la cantidad de personas, el ambiente pesado, el zumbido en mis oídos, o la presión en mi pecho. No supe que fue, pero en el fondo, lo sentí.

Lo siento, chicos.

Tal vez las cosas hubiesen sido diferentes, si hubiera hablado.

Con las chicas nos acercamos al lugar y quedamos sin palabras. Era inmenso. El amplio terreno de arena de extendía incluso hasta donde nuestra visión no llegaba, y estaba dividido en dos partes. La primera parte, que se extendía por todo lo largo y ancho del lugar, estaba techada, por toda la parte superior se extendían una especie de grandes sombrillas unidad, dando les impresión de los techos de las carpas de circo; abajo se extendían decenas de mesas pequeñas con sus sillas, parecía un restaurante.

Pero más allá de esta, la segunda división comenzaba, y era toda un área descubierta, por donde se extendían gran variedad de sillas, muebles, sofás, sillas desplegables, y mantas. Por el cetro del lugar pasaba una fila de apartados cerrados en forma de U, donde todos quedaban sentados hacia el centro y en medio había un pequeño soporte para fogatas.

Magia de Luna azul | Souta Kawata - Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora