Capítulo 44. Lo que hace latir tu corazón.

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Al día siguiente, volví a ir al hospital, y al día siguiente a ese, ya no fuí más.

Smiley me había llamado un par de veces, pero todo lo que sabía era que me había estado sintiendo indispuesta, y él lo entendía, con Suki-san también hablé para disculparme y decirle que no me sentía muy bien como para ir, y ella me dijo que no me preocupara, y que volviera cuando me sintiera mejor.

Pero la verdad es que me sentía fatal.

Quería hacerme la fuerte e ir diariamente como lo hacía, pero simplemente no podía. Estaba derrotada. Y ver a Souta en el estado que estaba, después de que todo había estado bien, no era lo que quería. Además, debía admitir que tenía un par de cosas en la cabeza, como el proceso legal de Kano, el regreso a la escuela que comenzaba pronto, y que en menos de tres meses estaríamos en navidad.

Cuatro días habían pasado desde que dejé de ir al hospital y buscaba cualquier medio para distraerme, por eso ahora estoy en la sala con Tetsuo, viendo una película. Nuestros padres salieron por trabajo y aproveché para arrastrar al pelinegro hasta la sala.

—¿En qué piensas?

—¿Ah?

—Te pregunté que en que piensas, Rin —repitió volteando a verme.

—Ah, no. En nada. Estaba concentrada en la película.

—Si, me imagino. ¿Podrías explicarme que es lo que acaba de pasar con el protagonista? —volvió a preguntar en tono burlón y miré la pantalla. Evidentemente, no sabía la respuesta, así que sólo rodé los ojos ante su risa.

—Perdón, he estado distraída.

—Eso ya lo sé, todos lo sabemos. ¿Por qué no vas a verlo de una vez? —dijo apagando el televisor.

—No es por eso que estoy...-

—Claro que sí —cortó y lo miré con el ceño fruncido—. No mientas. Ni siquiera entiendo porqué dejaste de ir. ¿Es que ya no quieres verlo?

—¿Qué? —Lo miré incrédula—. Cl-Claro que quiero verlo... Yo sólo...

—¿Tú sólo qué? —insistió—. Nadie te juzgará si no quieres verlo más.

—Sólo no me he sentido bien para verlo.

—¿Por qué?

—Sólo no quiero, Tetsu —respondí cortante.

—No me parece una excusa, Rin —atacó—. No puedes dejar de ir a verlo sólo porque "no quieres".

—Yo sólo... No me siento... —Estaba comenzando a alterarme, no entendía porqué Tetsuo parecía estar atacándome.

—Habla, Rin —presionó aún más—. ¿O te comieron la lengua?

—¡Tengo miedo! ¡¿de acuerdo?! —grité, y el semblante burlón del pelinegro pareció cambiar a uno satisfecho.

—¿Miedo de qué? —Se acercó más a mi lado en el sofá.

—De todo —admití derrotada—. De lo que pasó, de lo que pasará, del estado de Souta, de su recuperación, de cómo estarán las cosas cuando se recupere... Siento que todo es una gran mierda, y nada parece ir bien. Souta despertó y a la mañana siguiente sufrió un shock hipovolémico, han pasado cinco días desde eso y aún no despierta —expliqué tratando de que mi voz no se quebrara, tal vez me sentía peor de lo que imaginaba —Quiero que despierte, Tetsu. Quiero que todo vuelva a la normalidad.

Tetsuo me escuchó atentamente y asintió, se mantuvo unos segundos en silencio hasta que decidió hablar.

—Me parece que estás siendo una cobarde.

Magia de Luna azul | Souta Kawata - Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora