Capítulo 41. ¿Para mí?

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Al llegar a casa lo primero que hice fue darme un baño, necesitaba limpiar todo el peso del día.

Mi pequeño altercado con Kano me había dejado un tanto alterada, y con un mal sabor de boca. Podía aceptar lo que había pasado, incluso podía aceptar sus disculpas, pero no iba a aceptar que no se hiciera responsable por sus acciones, y menos que fuera a decirme en la cara que todo por lo que estaba siendo acusado no era cierto.

Cuando llegué a la casa Aiko estaba preparando la cena, y me dijo que pronto llegarían mis padres; así que salí de mi habitación y bajé hasta el primer piso. Al llegar a la sala vi a Tetsu sobre uno de los sofás, el pelinegro leía un libro tranquilamente así que me acerqué para sentarme junto a él.

—Hey —saludé.

—Rin —respondió volteando a verme y me dio una pequeña sonrisa ladeada—. ¿Cómo estás?

—Bien, un poco cansada. Y con mucha hambre.

—Entonces a comer —dijo papá apareciendo por detrás del sillón, Tetsu dio un ligero salto por el susto y no pude evitar reír.

Ambos nos levantamos del sofá y mamá apareció bajando las escaleras, una vez en la cocina mis padres comenzaron a servir la comida mientras Tetsu y yo acomodábamos la mesa.

—¿En que momento llegaron? —pregunté—. Yo llegué hace poco y no estaban aquí.

—Llegamos hace unos 20 minutos —respondió papá.

—Estabas dándote una ducha —aclaró mamá y asentí, pronto nos acomodamos en la mesa y comenzamos a comer.

—¿Cómo estuvieron las cosas hoy, cariño? —preguntó mamá—. ¿Cómo está Souta-kun?

—Bien... Ya sabes. Esta inconciente —solté simple y mamá hizo una mueca—. Suki-san comentó que despertó en la mañana, pero despertó confundido, y asustado. La sonda que tiene atravesándole la nariz sólo logró ponerlo aún más nervioso, y durante el movimiento su herida comenzó a sangrar... Así que lo durmieron otra vez —expliqué y los tres me dieron una mirada triste—. Aparentemente están considerando mantenerlo así hasta que puedan quitarle la sonda. Lo cual podría pasar en aproximadamente una semana, tal vez más. Quién sabe.

—Ahh, que pena, hija—habló papá—. Es difícil para todos, sobretodo para él. Pero no te preocupes, ya verás como pronto se recupera.

—Así es. Souta-kun es un chico fuerte. Además, todo el amor y cuidado que le están enviando todos sin duda tendrá efecto en él. Sólo es cuestión de tiempo —apoyó mamá tratando de subir los ánimos.

—Lo sé, tienen razón.

—Aunque es un poco raro, ¿no lo creen? —intervino Tetsu y lo miré—. Es decir, no sabemos nada más allá de que alguien le disparó. ¿Y luego, que pasó?, ¿quién lo hizo, por qué? —preguntó y mis padres asintieron dándole la razón—. Me parece un poco extraño todo el asunto.

—Bueno, ahora que lo dices, es cierto. No sabemos qué pasó —dijo mamá.

—Me parece un poco grave. Porque, ¿y si el agresor sigue suelto? —dijo papá.

—Bueno, hablando de eso... —comencé—. Tengo algo que decirles. —Solté mis cubiertos y respiré profundo. Las tres personas en la mesa me miraron atentos—. Voy a contarles lo que pasó en realidad con Souta.

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Toqué la puerta un par de veces y entré luego de escuchar un -pase- del otro lado.

—Buenos días, Suki-san.

—Oh, Rin-chan, eres tú —respondió una sonrisa—. Buenos días.

Cerré la puerta tras de mi y di un rápido vistazo por la habitación, sólo estábamos nosotros tres.

Magia de Luna azul | Souta Kawata - Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora