Capítulo 4. ¿Una nota?

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¿Por qué diablos no se me ocurre nada?

Llevo media hora sentada en mi escritorio, con un pequeño rectángulo de papel azul cielo frente a mí, tratando de encontrar algo digno de escribirle al peliazul y lo peor es que no se me ocurre nada. O mejor dicho, se me ocurrían tantas cosas que no podía encontrar la indicada.

Si alguien me pregunta qué es lo que me gusta del chico de ceño fruncido probablemente me quedaría en blanco y terminaría diciendo cualquier estupidez. Aunque en el fondo, sabía bien qué había sido lo que provocó que me fijara en él.

Los gemelos Kawata eran conocidos en la escuela como "Los Gemelos Desastre", un par de chicos pandilleros que constantemente se metían el problemas. Demás estaba decir que tenían mala reputación, y la gente de la escuela no mostraba mucho interés en relacionarse con ellos, algo parecido a lo que pasaba con Emma, pero con la diferencia de que ellos se tenían el uno al otro.

Los hermanos siempre estaban juntos, en donde sea que vieras a uno verías al otro junto a él, o por los alrededores. Al principio pensé que se trataba de esa dependencia rara de gemelos, pero después de la suspensión de una semana de Smiley por golpear a otro chico, me di cuenta de que el peliazul era capaz de estar sin el otro por la escuela. Ellos simplemente escogían ser mejores amigos. Escogían estar juntos.

Y eso fue lo que me llevó a descubrir sentimientos por el peliazul. Si le preguntabas a cualquier otra persona, te diría que ellos son los chicos que siempre buscan problemas, el pelinaranja agresivo y su gemelo con cara de querer moler a golpes a todo el mundo.

Pero si me preguntabas a mi, diría que en mi mente está mucho más clara la imagen de un chico frágil con expresión suave y ojos llorosos, tratando de levantar a su hermano del piso, después de haber recibido un puñetazo directo de otro chico.

Desde ese momento no pude sacarme la imagen de ese chico de la cabeza. Tal vez fue sólo un instante, pero ver como su usual ceño fruncido cambio rápidamente a una expresión preocupada... Fue simplemente desconcertante. Mi cuerpo se detuvo y mi respiración de volvió pesada. Lo habían lastimado.

Habían golpeado a una persona importante para él. Y le había dolido.

Estoy segura de que ese chico es mucho más que esa fachada de gruñón que siempre tiene. Y daría lo que fuera por poder descubrir que había más allá. Debía admitirlo, lo quería. Ni siquiera había tenido la dicha de conocerlo, pero sentía que su corazón necesitaba ser protegido, y yo quería hacerlo.

Así que después de tanto pensar, finalmente puse una mínima porción de lo que quería expresarle en esa pequeña nota.

"No estoy segura de cómo lo haré. Ni bajo qué pretexto. Pero me bastará una sonrisa tuya para ser feliz.

Para: Souta-san."

________

6:30 am y yo ya estaba a una cuadra de llegar a la escuela. Había dedidido llegar media hora antes de que comenzaran las clases por lo que me tocó venir caminando. Los gemelos llegaba generalmente unos 10 minutos antes, pero para ese momento la escuela ya estaba infestada de estudiantes, y mi intención era que nadie me viera.

Crucé la entrada de la escuela y a paso tranquilo me dirigí hacia los apartados, recordando el lugar que había visto con las chicas el viernes pasado.

Segunda fila... Por la K...

--Aquí está.

"Kawata, S."

--Dios, te lo pido.-- miré al techo. --No hagas que esta sea la mayor falla de mi vida.-- dije para luego dejar la pequeña caja con los brownies y la nota en el interior del apartado indicado. Di un profundo suspiro y me dispuse a caminar hacia mi salón, después de todo todavía tenía tiempo para que las chicas llegaran.

Magia de Luna azul | Souta Kawata - Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora