--Chiasa, cariño. Mamá sólo podrá jugar 10 minutos más, después tengo que ir a hacer unas cosas del trabajo.
--De acuerdo, mami.-- respondió la pequeña rubia de cuatro años.
La pequeña niña siguió jugando a las muñecas con su madre, era su actividad favorita. No tenía hermanos ni hermanas, así que el tiempo que pasaba con su madre era el mejor. Aunque a veces su madre tenía que irse.
Pero no le importaba, sabía que en la noche regresaría y podrían seguir jugando.
De cualquier forma, era demasiado pequeña como para preocuparse por esas cosas.
________
--¿Chiasa?
--¿Sí, mamá?-- preguntó la pequeña, de ahora 8 años.
--Tu padre y yo tenemos que salir, nos necesitan en el trabajo.
--Oh, está bien.
--Mary llegará en unos minutos, ¿de acuerdo?-- preguntó acomodando su saco frente al espejo.
--De acuerdo. Mary me agrada, le gusta jugar a las muñecas conmigo.-- informó la pequeña con una sonrisa.
--Que bueno, cariño.-- dijo su madre dejando un beso en su cabeza. --Adiós.
--Nos vemos, mami.
La mujer rubia salió de su habitación, y la pequeña Chiasa volvió a su libro de dibujos. Sus padres cada vez estaban más ocupados, pero no importaba.
De cualquier forma, Mary -su niñera- le agradaba. Le gustaba jugar a las muñecas con ella.
________
--De acuerdo, chicos. Eso sería todo.-- informó la maestra terminando de borrar el pizarrón. --Pueden irse, nos vemos el lunes.
Los alumnos comenzaron a levantarse de sus asientos y Chiasa, de ahora 10 años, comenzó a guardar todas sus cosas en su mochila. Cuando terminó, salió lentamente del salón y comenzó a caminar a paso tranquilo hasta la salida, no tenía ningún apuro. Salió de la escuela y, como esperaba, ninguno de sus padres había llegado.
Se sentó en uno de los bancos de la entrada y esperó. 5 minutos... 10 minutos... 15 minutos. Y nada. Tal vez sus padres se habían olvidado de recogerla, era su primera semana en 4to de primaria, y las vacaciones habían sido largas, así que era una posibilidad... O tal vez estaban ocupados, después de todo siempre lo estaban.
--Oye.-- escuchó que decía alguien junto a ella. Chiasa ignoró la voz, Mary le había dicho que no podía hablar con extraños en la calle.
--Oye, niña.-- volvió a repetir la misma voz, sonaba infantil, pero Chiasa volvió a ignorarla, no quería tener que hablar con alguien que no conocía.
--Oooyeeee.-- dijo ahora poniéndose frente a su cara, Chiasa tuvo que echarse un poco para atrás, y se vio obligada a ver a la dueña de la voz. --Eres Chiasa, ¿verdad?-- preguntó y la pequeña rubia frunció el ceño, preguntándose si debía responder o no. Pero la niña frente a ella se veía bastante insistente.
--S-Sí...
--¡Genial! me gusta tu nombre.-- dijo la niña sentándose atrevidamente junto a ella, buscó su pequeña mochila amarilla y sacó un chocolate. Lo partió por la mitad y le ofreció una a Chiasa, la rubia negó y la niña se encogió de hombros, comiéndose su chocolate. --Yo soy Rin. Rin Hayashi.
--Mucho gusto.-- respondió la rubia en voz baja. Subió su mirada para mirar a la niña junto a ella y analizó sus facciones. Era delgada, y pequeña, aunque probablemente era unos pocos centímetros más alta que ella; su cabello era de un lindo tono chocolate, sus ojos eran verdes y su nariz era pequeña y respingada. Además, la comisura de su boca estaba llena de chocolate.
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Magia de Luna azul | Souta Kawata - Tokyo Revengers
FanfictionRin Hayashi sabe que los gemelos Kawata son más de lo que aparentan, y sabe que detrás de ese ceño fruncido se esconde un amable corazón. Rin está enamorada de Souta Kawata, y con ayuda de sus amigas, está decidida a que sus sentimientos lleguen a é...