Capítulo 28. Mejores días del mes.

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Entonces le conté a la terapeuta lo que me ha estado pasando con los chicos. Me dijo que eso era mi reflejo instintivo al contacto físico masculino.

–Oohh, tiene sentido. ¿Qué más te dijo?

Me dijo que era algo normal, después de lo que pasó... También me dijo que con el tiempo comenzaría a dejar que se acerquen a mi, siempre y cuando yo sepa que no me harán daño.

–Entiendo, Chi. Ella tiene razón. Es normal que te incomode el contacto con los chicos... Pero no tienes que preocuparte por eso, ¿de acuerdo?. Ninguno te juzga de ninguna manera, y entienden perfectamente la situación. Sabes que no te harán daño, puedes confiar en ellos. Tómate tú tiempo.

Si... A veces me siento un poco mal, ¿sabes?, por alejarlos de esa manera. Pero son mis amigos y confío en que ellos lo entienden.

–Así es, Chi. No lo dudes.

Bueno, tengo que dejarte, Rin. Tengo que salir a hacer unas cosas con mamá.

–Por supuesto, hablamos luego. Cuídate, te quiero.

También te quiero, adiós.

Sonreí mientras colgaba la llamada y ponía mi teléfono a un lado. Estaba feliz, Chiasa estaba mejorando y estaba mucho más alegre. Prácticamente la única secuela que tenía del incidente era esa incómodidad porque los chicos se le acercaran mucho o trataran de tocarla. Pero no me preocupaba, como había dicho su terapeuta, era normal después de lo que había pasado. Además, Chiasa poco a poco comenzaría a confiar otra vez en ellos. Ella sabía que no le harían daño.

Habían pasado ya varios días y lo único malo en mi vida era que estaba atravesando los peores días del mes:

Mi periodo había llegado.

Me había llegado ayer y desde entonces no hacía más que sufrir, los dos primeros días siempre eran los peores. El malestar general y los dolores de vientre terminarían matándome, sin mencionar que me estaba desangrando.

Para colmo, estaba sola en mi casa; o bueno, casi. Mis padres habían salido desde temprano por unas cosas del club y Tetsu pasaría en día con unos amigos de su escuela. La única que me acompañaba en casa era Aiko, pero ella estaba en sus cosas. Llevaba todo el día retorciéndome del dolor, y era horrible.

Escuché cuando tocaron mi puerta, y después de un -pase- Aiko entró con una bandeja de comida.

–Rin-chan, es hora del almuerzo. Mira, te preparé una sopa a ver si te sientes mejor.– dijo acercando la bandeja a mi cama y poniéndola sobre mis piernas.

–Muchas gracias, Aiko.

–Vendré en un momento a recoger las cosas.– dijo y salió de mi habitación.

Comencé a comer la sopa con dificultad, la posición no ayudaba a mi dolor; pero estaba deliciosa, así que lo valía. Era una sopa de pollo, aparentemente, la especialidad de Aiko. Después de unos minutos comiendo, mi celular sonó, y con fastidio giré a verlo en mi mesa de noche.

–No me jodas.– dije molesta mientras me estiraba para alcanzarlo y después leer el mensaje.

Souta <3:
Hola, Rin-chan. :)

Rin H:
Hola, Souta-kun. :p

Souta <3:
¿Cómo has estado?, tengo unos días sin saber de ti.
Hanako-chan me comentó que no te sentías muy bien.

Rin H:
Así es :(... Mi periodo llegó ayer y creo que voy a morir.

Souta <3:
Rin-chan, por Dios, no digas esas cosas.
Así que eso era, ¿eh?... ¿Estás tomando algo?

Magia de Luna azul | Souta Kawata - Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora