Capítulo 29. El tío Souta.

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—Ma, ¿podrías pasarme la mermelada?

Dos días habían pasado y me sentía como nueva. Mi periodo ya casi se había ido y podía seguir como normalmente. El día que Souta vino a casa se fue una hora antes de que mis padres llegaran, y cuando ellos llegaron mamá entró a mi habitación para ver como estaba, y al notar la bolsa llena de cosas no dudó en interrogarme; luego comenzó a reír diciendo lo adorable que es Souta y corrió a contarle a papá, quien por supuesto hizo un escándalo, pero juraría que vi una pequeña sonrisa en su cara.

Ahora me encuentro en la cocina platicando con mamá mientras como unas tostadas, pero mi celular comenzó a sonar.

—¿Hola?

—¡Rin-chan! Ah, gracias al cielo.

—¿Souta-kun? ¿Está todo bien?

Si... Algo así.— dijo y escuché el sonido de vidrio rompiéndose. —De hecho, quería pedirte un favor...

—Dime.

¿Recuerdas la llamada que recibí en tu habitación?, cuando mamá me dijo que cuidaría a mi prima.

—Si, claro. ¿Qué hay con eso?

Bueno, se supone que Smiley y yo la cuidaríamos. ¡Pero el muy maldito me pidió que le cubriera la espalda para salir con Hanako-chan!, ¡yo no sé cuidar a una niña solo!

—Entonces... ¿Quieres que...?

Me preguntaba si tú... Podrías... ¿Venir a ayudarme?

¿Yo?

¿Cuidando a una niña... con Souta?

—¡Por supuesto!

Oh por Dios, gracias. Me salvas la vida, Rin-chan; ven cuando gustes. Te estaré esperando.

—Claro, te veo allá.

Colgué la llamada y busqué el contacto de Hanako.

¿Hola, Rin?

—Hana, ¿a que hora irás a verte con Smiley?

¿Ehh?, ¿có-cómo lo sab...-

—Souta me llamó y me lo dijo. De hecho, yo iré a verlo. Y quería saber a que hora era tu salida con Smiley.

Oh, bueno, entiendo. En realidad voy a pasar por él a su casa, en unas dos horas.

—Genial, ven a mi casa e iremos juntas.

—Claro, allá estaré.

________

Después de la llamada con Hanako le expliqué a mamá la situación y ella me dio algunos consejos para llevarme mejor con la niña. Subí a mi habitación para darme una ducha y cambiarme de ropa, y una hora después Hanako llegó. Estuve un rato conversando con la pelinegra y media hora antes de que se cumplieran las dos horas salimos, tenía que pasar por una tienda comprando algunas cosas que podría necesitar.

Ahora estábamos llegando a casa de los gemelos y Hanako llamó a Smiley para decirle que estábamos cerca. Al llegar, bajamos del auto y nos aproximamos a la entrada, pero justo antes de llegar, esta se abrió de golpe.

La puerta de abrió dejando ver a una chica pelinegra, pequeña y delgada. Traía una falda corta de tabla, un abrigo y unas botas. Era linda.

Detrás de ella estaban los gemelos, la chica nos miró y nos dio una incómoda escaneada de pies a cabeza, y después se giró hacia los gemelos.

Magia de Luna azul | Souta Kawata - Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora