Capítulo 37| Adam

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La policía ha interrogado a Elle hace uno o dos días, pero no ha habido mucho que pueda decir. Su madre ha estado con ella cuando ha confesado todo y Tamara y Amanda me han puesto al tanto de todo lo que ha dicho.

Ha pasado una semana, todavía sigo sin verla o hablar con ella. Únicamente la visito cuando está dormida. Ya no está tan pálida y aunque, en su estado hace huelga de hambre, sé que se alimenta y que está bien.

Está bien.

Don ha hablado conmigo un par de veces y a como he recibido buenas noticias, he recibido malas. Han capturado al menos a casi todos los hombres de Macon, incluido a Arnold, sin embargo, Macon ha logrado huir tal y como me lo había asegurado que haría. Siguen interrogando a Arnold y a sus secuaces, intentando tratar con ellos, llegar a un acuerdo, incluso reducirles alginos años, pero no están dispuestos a soltar todo lo que saben. Y yo no estoy dispuesto a que la pena que reciban sea mínima a la que realmente merecen.

Stella, por otro lado, aunque la ambulancia la traía de camino al hospital aquella noche, ha fallecido. El impacto de bala le ha dado en el estomago y otro le ha rozado el pulmón. Todo estaba tan confuso y descontrolado que no recordaba que fuesen dos impactos.

Murió por salvarme. Después de todo lo que hizo, murió por mí. No sé cómo sentirme al respecto y he intentado enfocar todo lo que siento hacia un sólo punto, pero siempre llego a la misma conclusión, que mi vida es un infierno y parte de ese infierno es gracias a ella.

Amanda me ha reprendido un par de veces por no visitar a Elle todavía. Los primeros tres días fue justificable. Sus padres necesitaban verla, tenía que hablar con la policía y yo estaba ocupado con Don. Luego de eso, no hay nada. No hay excusa que valga.

Sigo sin decirle a alguien sobre el aborto de Elle. Yo sigo devastado, pero trato de guardarlo cada que vengo al hospital. No quiero siquiera salir de la cama. Me siento fatal y cansado y no tengo valor para mirarla por ahora. Me siento terrible. Me siento culpable. ¿Cómo se supone que voy a decirle que estaba embarazada y lo perdió?

No hablar con Elle está matándome. Necesito escuchar su voz, su risa, necesito mirarla, abrazarla, besarla, necesito escucharla decir que me ama. Quizás eso me haga volver a la vida. Su familia ha estado con ella, la vigilan, la cuidan y la alimentan, así que al menos eso me deja tranquilo.

—Adam —Amanda es la primera persona que me encuentro en el pasillo.

Camina hacia mí y me abraza. Parece disgustada, pero su abrazo es completamente cálido.

—¿Has hablado con ella? —le pregunto.

Asiente con la cabeza y suspira. —No me gusta verla así. Tamara está con ella ahora, trata de distraerla, pero no ha dejado de preguntar por ti —me dice—. Le he dicho que has estado ocupado con la policía para que no piense que sólo no quieres verla. Ya no sé qué otra excusa poner.

—Gracias.

—¿Hablarán hoy? —me cuestiona, pero no contesto—. Es increíble, Adam. Incluso Isaac la ha visitado. ¿Sabes que ya no quiere comer? Ya no cree las excusas que le decimos Tamara y yo y su ánimo decae con cada día que no entras a verla. Eres su novio, ¡Te necesita!

—¡Lo sé! —gruño— Lo sé. —lo repito más calmado. Los ojos de Amanda me penetran, pero sólo está tratando de comprender. No se lo he dicho a nadie, pero por primera vez siento que puedo confiar en ella. O quizás sea la dolorosa necesidad de compartir mi pérdida con alguien en este momento, antes de entrar a hablar con Elle—. Hay algo que quiero decirte —me siento en la banca que está justo al lado de una de las paredes—. He tomado una decisión, Amanda.

Bajo el cielo de VancouverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora