Han ocurrido tantas cosas en menos de veinticuatro horas que ni siquiera comprendo cómo he conseguido concentrarme en las clases.
Estoy pidiéndome un café en la cafetería de la facultad. Shaen suele hacerlo por mí, pero hoy no lo he visto ni he podido hablar con él. Es como si estuviera evitándome.
Lo busco con la mirada, pero no está aquí, en ninguna de las mesas. Mi tranquilidad regresa cuando lo miro sentado en una de las bancas afuera de la universidad, en la acera y me acerco a él sin pensarlo.
No sé qué voy a decir exactamente, pero es evidente que le debo una disculpa por el comportamiento de Adam de ayer. Sin permiso pongo mis cosas a su lado y tomo asiento. Al menos recibir una sonrisa de su parte me hace sentir menos mal.
Ninguno de los dos dice nada y sólo me dedico a dar pequeños sorbos a mi café mientras él mira hacia la calle. Parece pensativo.
-Creo no haberle agradado en lo absoluto a tu novio -rompe el silencio, pero noto cierto descontento en su tono.
-Shaen...
-Desconocía que tuvieras uno siquiera y que vivieran juntos. Quiero decir, eres hermosa Elle, pero pareces la clase de chica que sólo se dedica a estudiar y que probablemente lee como desquiciada -aunque me río un poco, no paso desapercibido el tono que ha utilizado.
-Shaen, Adam y yo...
-No creí que te gustaran los tipos como él -me interrumpe, sorprendiéndome.
-¿Como él?
-Peleas clandestinas, negocios ilícitos, tatuajes, pinta de mafioso por no asegurar que lo es -gira a mirarme-, mujeriego. He tenido una imagen equivocada sobre ti todo este tiempo.
Sus palabras me toman tan de sorpresa que no puedo evitar echarme un poco hacia atrás y sacudir mi cabeza. Me hieren y molestan también. No creo tener al mismo Shaen de ayer por la tarde enfrente.
-Adam, no... -quiero dar una explicación, pero realmente no la merece-. ¿Sabes? Deberías aprender a no juzgar a alguien sin conocerlo. Una pinta no dice nada sobre una persona, Shaen -lo digo con doble sentido, pero no estoy segura de que lo haya pillado-. Además, ¿Tú cómo sabes de las peleas ilegales?
-Porque lo he visto.
-¿Estás escuchándote? -le recrimino- ¿Frecuentas esos lugares, pero crees que yo no debería estar con Adam? Es muy hipócrita de tu parte.
-Yo no golpeo a las personas por dinero, Elle.
Lo único que consiguen sus palabras es irritarme un poco más. Tomo mis libros, dando por terminada la conversación y me mira preocupado, como si se diera cuenta de lo que acaba de pasar.
-Que no asistas a ese lugar para pelear no te hace una mejor persona, Shaen.
Su gesto se suaviza y se pone de pie conmigo.
-Elle, yo no....
-Vine a buscarte para darte una disculpa por la actitud de Adam. Evidentemente no te la mereces, porque he recibido una peor -le digo, alzando mis manos para que no se acerque.
Intenta detenerme cuando me marcho, pero no le hago caso.
No debería molestarme con él, pero de realmente ser un amigo, no me juzgaría. La imagen mía en su cabeza, en realidad, no es mi problema.
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Bajo el cielo de Vancouver
RomanceElle es sinónimo de monotonía; lucha constantemente contra su piano, asiste a clases de pintura cada miércoles, intenta dividirse entre leer las aburridas lecturas de la universidad o leer una de esas novelas románticas mientras sueña con algún día...