Siento como todo se detiene.
Amanda continúa tirando de mí y soy incapaz de moverme y estoy tan impresionada que siento como el vaso se me resbala de la mano. Termino mojando a la persona frente a mí, mis pies e incluso los de Amanda.
—¿Qué carajos? —la chica de enfrente se gira. En cuanto me divisa, me mira de arriba abajo— ¿Qué te pasa, imbécil? —me da un pequeño empujón.
No me ha visto haciéndolo, pero supone que he sido yo. Y está en lo correcto.
A pesar de que me ha ofendido, no soy capaz de defenderme, no porque no sepa qué decir, sino porque el tipo en el ring tiene ganada totalmente mi atención.
—Imbécil serás tú —interviene Amanda—. A mi amiga no le hablas así —la chica hace el intento de pegarle, pero Jack es más rápido y se interpone en medio de las dos.
—Fue un accidente, no quise...
—Vete a la mierda —me interrumpe.
Amanda tira de mí para alejarnos del desastre de una vez.
Mi vista regresa al frente y justo cuando llegamos lo bastante cerca del cuadrilátero, la pelea inicia y siento mi corazón acelerar en cuanto Jenkins lanza los primeros golpes a Monstruo.
Ni siquiera lo conozco y está a nada de darme un infarto debido a los nervios.
Jenkins le propina un buen golpe en la cara y abro los ojos tanto que me duelen. Puedo sentir como Amanda me mira extraño y sin embargo no le presto atención. Monstruo se defiende y le lanza un puñetazo a Jenkins seguido de uno y otro y otro y sinceramente, con sólo verlo, ya me duele el cuerpo. ¡Va a matarlo!
De repente la imagen de nuestra pequeña conversación en el ascensor viene a mi cabeza y comparo al chico que fue incapaz de disculparse al chocar conmigo la primera vez que lo ví, con el sujeto que justo ahora está golpeando a Jenkins como si quisiera realmente matarlo. Entonces eso me hace pensar en una cosa, ¿Cuándo termina la pelea? ¿Hasta que uno de los dos quede hecho una pena? ¿O hasta que uno de los dos realmente no dé para más?
¡Dios! No debí venir.
—¡Monstruo! ¡Monstruo! —gritan en coro y entonces comprendo que no es su primera vez en esto. Le conocen bien.
Jenkins se defiende de una vez golpeándolo en la cara y siento que me paralizo cuando Monstruo cae al suelo como si estuviera...
Hay un silencio bastante notorio y el chico de mi edificio continúa sin moverse. Pocas personas gritan el nombre de Jenkins y entonces, sin esperarselo, Monstruo se pone de pie y toma desprevenido al sujeto y lo golpea tantas veces sobre el suelo como puede. Desde aquí puedo ver todas esas heridas en las manos de los dos y como pronto de la boca de Jenkins sale sangre.
—¡Vamos, Adam! —el sujeto del micrófono le grita, pero no se da cuenta que tiene el micrófono cerca y se ha escuchado. Estoy casi segura de que se lo ha dicho a Monstruo.
¿Entonces ese es su nombre?
Continua golpeándolo unos segundos más hasta que la pelea da por terminada y Monstruo queda como ganador y la multitud comienza a gritar enloquecida. Cierro los ojos un segundo.
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Bajo el cielo de Vancouver
RomanceElle es sinónimo de monotonía; lucha constantemente contra su piano, asiste a clases de pintura cada miércoles, intenta dividirse entre leer las aburridas lecturas de la universidad o leer una de esas novelas románticas mientras sueña con algún día...