capítulo 49

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* La lucha de Ho-Seok *

Jimin y Beliel se colocaron al lado de Tae y de Ho-Seok, mientras Ho-Seok procedió a hacer lo que su madre le había dicho.

Busco la piel suave entre el cuello y la clavícula de su Omega y enterró profundamente sus colmillos en esa fracción de piel que inmediatamente empezó a sangrar, Ho-Seok sintió la fuerza de la conexión estableciéndose con Tae,  luego sacó sus colmillos y empezó a lamer la herida para que esta empezara a cerrarse,  cuando ya lo hubo logrado se recostó al lado del Omega y entrelazó su mano con la de Tae.

- Ahora hijo todo depende de tí, cierra tus ojos y busca tu lobo interior, tú lucha consiste en encontrar a Tae que vaga perdido y solo en las tierras del más allá.

Ho-Seok cerró sus ojos y se desconectó de todo,  hasta que en un lugar escondido encontró a su lobo aullando desconsolado,  se acercó a él para que lo reconociera y viera que su dolor era el suyo propio.

- Debemos hallar a Tae y su lobo,  debemos darnos prisa si no queremos perderlo. - habló Ho-Seok con su lobo, mientras éste asentía desesperado.

Sentían una débil conexión con el Omega,  pero la suficiente para ser guiados hasta él.

Cuando por fin lograron visualizarlos,  Ho-Seok quedó impresionado,  el mundo interior de Tae estaba lleno de color y calidez,  Tae se encontraba sentado en un prado lleno de flores y junto a él su lobo,  ambos mirando felices hacia el cielo.

Ho-Seok intentó acercarse pero sus piernas no le obedecieron, sentía sus pies pegados al suelo impidiendo que se moviera.

Entonces gritó el nombre de Tae a todo pulmón junto al aullido furioso de su lobo para ser escuchados,  pero nada,  era como si ningún sonido saliera de sus gargantas.

Tae no los podía ver ni sentir y seguía mirando hacia el cielo,  cómo si esperara algo o a alguien,  pero no sabía que era lo que anhelaba con tanto  ahínco,  eso lo hacía sufrir y dejando de mirar hacia el cielo él y su lobo dejaron caer amargas lágrimas.

Ho-Seok sentía todo el sufrimiento de su Omega multiplicado por mil dentro de su pecho y su lobo gemía de impotencia.

El desgarrador sufrimiento de Ho-Seok hacía que su cuerpo se tornará pesado impidiendo que lograra avanzar hacia donde Tae se encontraba con sus brazos abrazando sus rodillas y sintiendo como un frío inmenso empezaba a apoderarse de su cuerpo.

Ho-Seok lloró con más ganas mientras su lobo gritaba frenético el nombre del Omega,  pero éste perdido en su dolor no lograba escucharlo.

Fuertes truenos empezaron a sonar y el cielo cambió de soleado a gris, la oscuridad empezó de a poco a acercarse a Tae que temeroso miraba como ésta se acercaba rápidamente hacia él y su lobo,  y Ho-Seok comprendió que Tae se estaba dejando morir,  miles de espinas traspasaron su corazón y las lágrimas corrieron sin control formando un riachuelo que poco a poco llegó hasta donde estaba sentado el Omega y su lobo mojando sus pies entumecidos,  y Tae por fin sintió una agradable calidez empezar a apoderarse de su cuerpo y girando su cabeza por fin vio al Alfa que gritaba desesperado su nombre.

Cuando aquellos luceros hicieron contacto con los ojos del Alfa, algo se desencadenó,  una fuerza increíble arremetió directamente en lo más profundo de su ser, ya no estaba solo,  nunca más lo estaría,  porque su Alfa había luchado por salvarlo, y la oscuridad empezó a desaparecer hasta que la luz del sol lleno por completo el cielo despejado.

El lobo de Tae pegó un aullido de euforia y junto con Tae corrieron al encuentro del Alfa y su lobo,  porque ahora Tae podía por fin verlo y escucharlo, cuando estuvieron frente a frente se fundieron en un abrazo lleno de amor y tomados de la mano empezaron a caminar juntos de regreso a la vida.

Jimin y Beliel estaban atentos a las reacciones de los novios acostados sobre la cama y de pronto un profundo suspiro emitido por Tae relajó su rostro y empezó a volver a tomar color dejando la terrible palidez que tenía a un lado,  mientras Ho-Seok sonreía y pequeñas lágrimas mojaban su rostro.

Beliel y Jimin se tomaron de las manos y lloraban de felicidad,  Ho-Seok lo había logrado,  había salvado a Tae.

- Tardarán un poco en despertar,  están ambos agotados y necesitan recuperar fuerzas,  avisa a los demás Jimin,  yo me quedo con ellos hasta que vuelvas- le dijo Beliel sonriendo y secando sus lágrimas.

- Gracias Beliel,  sin tí Tae hubiese muerto- le dijo sinceramente agradecido Jimin.

- No hay nada que agradecer,  es mi hijo Jimin y desde el momento que eligió a Tae el también lo es- dijo humildemente Beliel y Jimin apretó su mano para luego ir en busca de los demás.

Cuando vio a Jungkook corrió s sus brazos llorando, dejando salir toda tensión acumulada.

- Bebé no llores- Jungkook sentía dentro de si todo el dolor y la angustia que su Omega sentía.

Jimin se separó y le sonrió secando sus lágrimas,  no era necesario decirle nada a Jungkook porque el extrañamente podía leer la mente de su Omega.

- Dinos algo príncipe, ¿ Tae está bien?- preguntó impaciente Dae-hyung.

Jimin se separó de Jungkook pero sin soltar su mano y le sonrió al padre de Ho-Seok.

- Dae-hyung...Tae vivirá y todo gracias a tu esposa e hijo,  mi agradecimiento con ustedes es infinito- dijo Jimin expresando lo mejor que pudo sus sentimientos.

- Somos leales servidores de su majestad y por ende a todos aquellos a quienes ama- dijo emocionado Dae-hyung haciéndoles una reverencia.

Jungkook se acercó al jefe de sus guerreros y tomando sus hombros lo abrazó.

- Siempre fuiste como mi padre,  pero de ahora en adelante eres familia,  nuestro lazo acaba de ser sellado.- le dijo Jungkook emocionado y agradecido  por tanta lealtad.

Ambos se secaron las lágrimas rebeldes que se les habían escapado para luego sonreirse.

Jimin estaba orgulloso del tremendo Alfa que compartía su vida.

Jimin estaba orgulloso del tremendo Alfa que compartía su vida

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