Capítulo 72

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El padre de Jimin estaba muy nervioso,  nunca espero que hubiera alguna complicación en el parto de su hijo ya que su embarazo fue bueno y sin problemas.

Por fin logró sacar el saco amniótico y rompiéndolo rápidamente desenrrollo el cordón umbilical del cuello del bebé,  que se había puesto morado por la falta de oxígeno, se lo pasó inmediatamente a las ayudantes quienes le hicieron masajes para reanimarlo,  por fin la habitación se inundó con el fuerte llanto de la bebé,  Jimin abrió los ojos y sonrió apretando fuerte la mano de su esposo.

- ¡Es una niña bebé!- le dijo Jungkook emocionado besando la frente sudada de su Omega.

- Es hermosa mi amor- dijo Jimin muy cansado,  sentía que algo no andaba  bien,  las fuerzas lo iban abandonando poco a poco.

- ¿Jimin?,¡ Jin algo pasa Jimin está muy pálido y se está poniendo frío!- gritó desesperado Jungkook.

Jin miró el vientre de su hijo y vio que sangraba profusamente.

Revisó inmediatamente a Jimin y descubrió que con el parto se había producido una severa hemorragia.

- Tiene una hemorragia,  intentaré detenerla- dijo el Rey y tomando un puñado de paños limpios empezó a detener la sangre,  pero por más intentos que hacía, la hemorragia no se detenía,  Jimin estaba blanco desfallecido completamente en los brazos de Jungkook que lloraba aterrorizado de perderlo.

- No puedo- dijo el Rey llorando de impotencia al ver como la vida de su hijo se le iba entre sus manos.

El bebé lloraba desesperado por sentir el pecho de su padre agonizante.

- ¡Por favor dime que hay algo que pueda hacer!- gritó desesperado Jungkook.

Jin levantó su rostro y vio la angustia de Jungkook,  que era el doble de la suya.

- Ve con él,  busca su Omega y trata de ayudarlo, sólo tú puedes hacerlo,  Jimin está demasiado débil,  no tiene fuerza.

- Dime cómo- gritó Jungkook con la voz desgarrada.

- Tú tienes la conexión,  cierra tus ojos y búscalo. - le dijo el Rey.

Jungkook con Jimin en sus brazos cerró sus ojos y buscó a su Alfa para ir por Jimin.

Todo era oscuridad,  sentía un líquido espeso mojando sus pies,  estaba aterrorizado de no poder encontrarlo a tiempo.

Su lobo caminaba a su lado,  podía sentir lo angustiado que estaba.

Parecía un sendero sin fin,  oscuridad más oscuridad.

- ¡Jimin!- gritó Jungkook con la voz rota de dolor mientras su lobo aullaba desesperado llamando al Omega.

Una pequeña luz se dejó entrever y ambos corrieron hacia ella.

Cuando vieron a Jimin el estaba sentado en un prado de flores con su Omega apoyado en su espalda.

-¡ Jimin!- dijo Jungkook llorando.

Jimin se giró hacia él y le dedicó la más dulce y triste de las miradas,  luego alzó su mano para que Jungkook se detuviera.

- Lo siento,  ya no podré acompañarte,  mis fuerzas se han ido,  y la diosa luna me reclama junto a ella. - le dijo Jimin mientras gruesas lágrimas descendían por su rostro.

-¡Noooooo! bebé no puede ser, regresa a mí, si tu mueres yo también- gritó Jungkook cayendo de rodillas al suelo.

- Amor todo fue hermoso contigo,  te amo tanto, pero debes vivir, nuestra hija te necesita más que nunca.

- Pero tú sabes que estamos unidos por un lazo indisoluble- le recordó Jungkook llorando aún más recordando a su hija recién nacida y sin el calor de sus padres.

- Mi Omega romperá ese lazo para que puedas vivir y cuidar de nuestra hija, mi consuelo es que te volveré a encontrar en otra vida. - le dijo Jimin desgarrándose por dentro al decirlo.

- No puedo bebé,  el dolor me consume,  te quiero a mi lado y al lado de nuestra hija- le dijo Jungkook con sus ojos.

- Recuerda siempre que te amo- le dijo Jimin y cerró sus ojos para que su Omega rompiera el lazo plateado que antes había creado para anudarlo con el Alfa.

-¡ Nunca!, nunca lo permitiré,  prefiero ser yo el que muera.- gritó Jungkook.

Y por primera vez rogó de corazón a la diosa luna una nueva oportunidad.

La magia cayó como un rayo y Jungkook uniéndose completamente con su Alfa elevó una plegaria de amor infinito y un hermoso lazo dorado empezó a trenzarse con el hilo plateado   que el Omega había tejido,  impidiendo que este se rompiera y anudándose firmemente en el corazón de Jimin.

Por fin Jungkook lo había comprendido,  su lobo dormido había despertado,  ya no necesitaba ocultarse para no ser lastimado.

Siempre fue el lobo Omega el que había hecho sacrificios para mantenerlos unidos,  pero esta vez era diferente,  el debía entregarse en cuerpo y alma a ese Omega que lo amaba de manera tan profunda y pura,  por fin el lobo Alfa aceptaba ser amado,  había despertado ya nunca más dejaría a
su Omega solo,  por fin entendía que eran uno solo.

Jimin sintió una descarga eléctrica pegar en su corazón,  la energía y la vida le estaban siendo devueltas y además un calor abrasador lo envolvía haciéndolo sentir seguro y protegido y abriendo lentamente sus ojos vio como un hilo dorado envolvía el de plata fefulgiendo como rayo de sol, Jungkook su Alfa lo había salvado.

Jungkook corrió a su lado y abrazándose lloraron,  pero ahora de felicidad y esperanza,  mientras sus lobos con sus hocicos unidos le aullaban agradeciendo a la luna la nueva oportunidad concedida.

- Por mi culpa casi te pierdo- dijo Jungkook acariciando las mejillas de Jimin húmedas de lágrimas.

- Pero lo hiciste amor,  me salvaste,  podré ver crecer a nuestra hija- le dijo Jimin secando el llanto de su esposo con sus labios.

Porque Jimin y su Omega nunca cuestionaron al Alfa,  simplemente lo amaron.

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