¿Destinados? [Completa✓]

Capítulo III

Si no se modera tu orgullo,
él será tu mayor castigo.

Dante Alighieri

Bruno

Odio trabajar hasta tarde, se supone que en estos momentos debería estar en algún bar con Connor, para estos momentos ya tendríamos a varias mujeres a nuestro alrededor, rogando por que las follemos.

Pero no, aquí estoy sentando en esta puta oficina, y no echando un buen polvo para sacarme el estrés.

Reviso los últimos datos, que necesitaba corroborar...

La puerta se abre y deja ver a Astrid, es una mujer muy bella, pelirroja (no natural obviamente), pero le asienta muy bien el color, tiene un cuerpo de infarto, unas tetas y un culo que... carraspea antes de hablar.

-¿Ya dejaste de comerme con los ojos?- espeta con enojo fingido, se que le gusto, pero ella quiere algo más de mí, algo que sencillamente no podría darle-. Venía a entregarte estos documentos que necesitan tu firma y a recordarte que dentro de dos semanas hay un evento acerca del aniversario de W.S.T, y en el evento se va a presentar el nuevo Gerente de Ventas que será transferido de Canadá, como el, tu madre me pidió que personalmente de dijera que tienes que darle la bienvenida ya que eres el CEO y es tu trabajo "conocer a tus empleados" -hace las comillas con su actitud de superioridad y todo.

Es demasiado arrogante para mí gusto.

Pero para echarme un polvo no estaría mal.

-Gracias, por tomarte el tiempo de venir hasta mi oficina a informarme esto- digo.

-De nada, nos vemos luego- dice en un tono coqueto.

Cierra la puerta detrás de ella y le marcó a Connor para ver si aún puedo atrapar algo después de todo, necesito un descanso, al tercer pitido contesta.

-Hey, hermano -me dice.

-¿Dónde estas? -sé que está en algún bar, se puede oír el ruido de fondo.

-Estoy en el bar de siempre - soltando una pequeña risa- ¿Qué dices te unes? Tal vez hoy tengas suerte.

-¿De que hablas?, yo siempre tengo suerte- respondo airoso.

-Arrogante imbécil- suelta en un bufido.

-Se lo que soy y lo que tengo, por que ocultarlo -no responde-. Llego en una hora, debo pasar por mi departamento a cambiarme, dejar algunas cosas y llego -cuelgo sin darle oportunidad de responder.

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Luego de llegar al departamento, dejé los documentos que traje y me encamino a mi habitación. Me quito el saco, la corbata y continuó hasta quedar totalmente desnudo y voy largo a la ducha, tengo que ser rápido, no quiero llegar y que la fiesta se esté terminando.

Salgo del baño y camino hacia el armario envuelto en una toalla a la cintura, abro el armario y saco lo que voy a usar. Termino usando un vaquero negro con una camiseta blanca y una cazadora de cuero y me peino el cabello con los dedos.

Abordo el ascensor y bajo hasta el área del parqueadero donde están mis autos, decido que hoy usaré el Audi R8 color negro, es uno de mis favoritos ya que es un regalo de mi abuela.

Luego de unos minutos ya estoy entregándole las llaves al valet parking del bar e ingreso a la zona VIP, donde ubico a Connor que está con dos hermosas rubias enfundadas una en un vestido rojo y la otra en uno color lavanda y un provocativo escote, buenísimas.

-Hola -saludo y ellas se levantan apenas me ven-. ¿Qué tal la están pasando estas bellezas?- ambas se sonrojan.

-Bien, pero ahora que llegaste mejor -me habla la de vestido rojo- Me llamo Angelika -y la otra la empuja sin disimulo.

-Y yo Ada, mucho gusto -me mira con ojos de lujuria pura.

-Y yo soy Connor, ¡ah, cierto! Ya lo sabían -suelta en un tono burlón-. Yo llegué aquí primero y te las robas a las dos, no es justo hermano -se ríe y ellas lo acompañan.

Así pasa el resto de la noche, entre bebidas, coqueteos, manoseo, hasta que ya nos echan del bar y la verdad es que estoy un poco ebrio.

-Llévame a tu departamento -susurran en mi oído-. Puedes hacerme lo que tú quieras.

No espero, dos segundos más y me le como la boca. Entre trompicones llegamos al auto, se sube en el lado del copiloto, y arrancó ella va con una sonrisa en la cara hasta que doy la vuelta acercándome a uno de los hoteles de mi familia.

-Creí que iríamos a tu departamento- hace un puchero que no me parece para nada tierno.

-Pues creíste mal, muñeca, ¿vienes o no?- le entiendo la mano y no duda en tomarla.

Los empleados me conoces, pero saben que no deben cuestionar lo que hago o no, por eso solo asienten cuando paso a su lado. Abordo el elevador y llego a la habitación que normalmente uso en estos casos.

Empiezan los besos, las caricias, y manoseo. Me saco la cazadora, me saca la camiseta y me pesa el pecho y va bajando hasta llegar a mis abdominales, sigue bajando y me saca el cinturón, despunta el vaquero, que baja con todo y bóxer dejando así mi erección libre, se siente como las venas de mi miembro palpita.

-Chúpala- ordeno.

-No sé si pueda con todo es muy grande- dice con un poco de temor en su voz.

-No me digas que le tienes miedo, mira... -se lo paso por los labios- es inofensivo -y termina abriendo la boca y pasa la legua por el glande que desprende líquido pre seminal que lame gustosa.

Pasa la lengua por mi falo erecto y luego lo engulle, pero de repente no le entra todo y empieza a tener arcadas, y le aparto la cabeza para que no se ahogue.

-Puedo hacerlo de nuevo- me mira y niego.

-Mejor vamos a hacer esto rápido -le insto que se levante-. Ve a la cama - me muevo a buscar un condón en mis pantalones.

Allí está.

-Puedes entrar sin el estoy limpia- me dice mientras abre las piernas- puedes confiar en mí.

-Muñeca no dudo de tu palabra...- abro el empaque del preservativo- pero, para que sepas, yo no confío ni en mí mismo...

-Pero...

-Tú decides, muñeca, lo hacemos con condón o tomas tus cosas y te vas y aquí no ha pasado nada, ¿elige?- lo voy deslizando lentamente por mi miembro.

-Esta bien.

-Es lo que quería escuchar muñeca -y me dirijo a la cama.

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Me levanto y recién empieza a asomarse el sol a través de las ventana me levanto, mi acompañante sigue dormida, tomo mi ropa y empiezo a vestirme tomo mis cosas y salgo de la habitación, le doy órdenes a una de las mucamas del servicio que mi acompañante tenga todos los servicios que se le ofrecen a las suits presidenciales y cuando quiera irse le busquen un taxi.

Mando a pedir mi auto, y cinco minutos después ya lo tengo frente a mí.

-Que tenga buen día señor- me dicen y solo asiento.

Y me encamino a mi casa a bañarme y tomar una píldora para el dolor de cabeza, me ubico un traje, bajo, me subo a Lamborghini color blanco y salgo rumbo a la oficina.

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¿Que tal les cayó Bruno?

¿Les gustó?

¿No lo soportan?

🖤