¿Destinados? [Completa✓]

Capitulo XII

"Tengo que aprender a silenciar mis propios demonios internos; a veces susurran más fuerte de lo que deberían."

Lilith Way Lee

Levana

Antes de ingresar la llave en la cerradura papá se encuentra allí mientras abre la puerta y se cruza de brazos.

-Levana Elizabeth Mitchel Evans ¿se puede saber por qué te apareces hasta esta hora? -sisea papá y dirige su mirada a Bruno-. Y usted, podrá ser mi jefe y tal vez quiera despedirme, pero me importa muy poco cuando se trata de mi hija.

-Papá...

-Papá nada -sentencia-. Puedes ser muy mayor de edad y alguien independiente, pero mientras estés bajo mi techo lo respetas, no te tomaste ni siquiera la molestia de avisarme que no llegarías.

-Te envié un mensaje y le avisé a Olive. Perdón.

-No estoy enojado, ni te estoy reclamando el que te quedaras con él, estoy enojado porque me preocupé mucho, Olive llegó muy tarde ya no pudo decirme sino hasta que estaba a punto de salir a buscarte yo mismo.

»Eres joven y tienes derecho a divertirte y estar con quien quieras, pero avísame y no con un mensaje, ¿cómo sé yo que eres tú y no alguien haciéndose pasar por ti?

»Estás en una ciudad desconocida, sola. Eso no es correcto independientemente de con quien estés, ¿sabes el terror que me da que vengan a decirme que encontraron a mi hija por ahí tirada? No, no lo sabes.

Para este punto ya mis lágrimas caen por mis mejillas y sé que papá tiene razón, se que debí al menos llamar y hasta ahora me pesa.

-Perdóname papá, de verdad no fue mi intensión hacerlos sentir así y que sé preocuparan, de verdad perdón. Yo...

-Es mi culpa señor, es cierto, no importa mi cargo y el suyo tampoco. Sé que hoy solo es el padre de Levana y está en su derecho de sentirse enojado hacia mi persona y le doy mis sinceras disculpas no tengo excusas validas que sirvan - dice él-. No quiero ser el culpable de una disputa entre ustedes, si hay alguien a quién culpar es a mí.

-Mire, señor Götz...

-Dígame Bruno, por favor.

-Mire se... Bruno, yo entiendo son jóvenes y sé que quieren divertirse, yo también fui joven, pero hay que ser responsables, dijo que iba a traer de vuelta a mi hija y si no lo iban a hacer tenían que hacérmelo saber. Yo sé que no es mayormente su responsabilidad por que ella es mi hija y no usted, pero aún así ninguno comprende esa angustia porque no es padre, pero ya que esta aquí y... -suspira- es lo que importa. Por cierto, estás castigada -dice papá viéndome fijamente.

-Papá, tengo 23 años no puedes castigarme -lo miro desafiante y él asevera su mirada y arquea una ceja -. Bien, acepto el castigo, pero no me veas así.

-Así me gusta, ahora vete a tu habitación.

-Pero papá...

-Nada de peros, ya despídete y no sales de tu habitación hasta nueva orden -no me dejó hablar.

Me giro hacia Bruno que está con las manos metida en sus bolsillos y me mira con pesar. Salimos al pórtico y papá gesticula "diez minutos" y yo asiento.