¿Destinados? [Completa✓]

Capítulo XLIX

Levana

Por alguna razón se sentía como si estuviera aproximándose algo, no tenía la menor idea de si podría ser algo bueno o malo.

Bruno no había llegado aún del trabajo y yo llegué hace unas horas justo cuando Sylvia preparaba la cena.

Me había encerrado -como se me había vuelto costumbre- en la biblioteca con mis audífonos y haciendo mi tarea.

La hora se me había ido al igual que el hambre, no quería comer nada si ni siquiera podía retenerla.

Miré la hora y se me había pasado la hora más de lo normal, y, también me di cuenta que era demasiado tarde y Bruno no me daba señales de aparecer.

No mentía al sentirme algo preocupada, normalmente a esta hora ya esta en casa.

Salí de mi burbuja y camino hasta la sala, para mi suerte encuentro a Sylvia de camino a la puerta.

-¿Bruno te comentó algo sobre llegar tarde? -le pregunto a la mujer.

-No, él no se ha comunicado conmigo, de hecho les preparé la cena -avisa-. Dejé todo ahí solo de calentar.

-Ok, cuando llegue lo haré.

-Me voy, mi hijo me espera abajo.

-Que tengas una linda noche.

-Igualmente.

Muerdo la punta de mi pulgar cuando la mujer se va y me quedo completamente sola, estoy nerviosa porque Bruno no aparece y ya es casi media noche.

He insistido varias veces a su celular y no me contesta, intente al de Connor y me manda a buzón, Briar me dijo que no lo había visto pero si sabía algo me llamaría.

No es que quiera saber cada paso que da pero él nunca tarda tanto en llegar a casa y si lo hace me avisa antes.

Estoy apunto de caer en un colapso nervioso cuando la puerta al fin suena.

Tiene que ser él porque la abrieron.

Salgo casi corriendo de la habitación que era donde había terminado luego de dar vueltas por todo el departamento.

Amarro el cordón de la bata que estoy usando de camino al recibidor.

Sorpresa es la que me llevo cuando veo a un Bruno colgado del hombro de su amigo.

-¿Qué pasó? -indago al ver su estado- Bruno...

-Pasa que soy un idiota -el olor a whisky me golpea cuando estoy cerca-, pasa que me quisieron ver la cara.

-¿De que hablas? -miro a Connor en busca de respuestas- ¿de que demonios está hablando?

-Llevémoslo a la cama y te contaré todo -asiento y lo sostengo de la misma manera que Connor pero del otro lado.

No soy de mucha ayuda ya que la estatura de Bruno no me ayuda en nada, la mayor parta del trabajo se lo lleva el abogado ya que son casi de la misma estatura.

Lo mentemos en la cama y Connor salió de la habitación diciendo que me esperaría en la sala.

Hago malabares para poder quitarle la ropa y dejarlo en bóxer para que pueda dormir, lo cubro con la colcha y salgo en busca de una respuesta.

Connor está sentado en uno de los sillones con los codos apoyados en sus rodillas y un vaso medio de líquido ambarino.

El piso está frío y olvidé mis pantuflas así que trato de caminar en puntas para no sentir tanto el frío.

Me siento frente a Connor cuidando mi bata para que no se abra y él levanta su mirada verdosa hasta mí.

-Ahora si puedes explicar de que era lo que hablaba y porque estaba así de ebrio -deja el vaso en la mesa que esta en medio de nosotros-¿Qué sucedió?